Esta planta acuática de Sudamérica tiene en vilo a los expertos: por qué supone una amenaza para los ríos españoles

Esta especie originaria de Sudamérica coloniza ríos y embalses españoles, poniendo en riesgo la biodiversidad y los usos del agua. Analizamos los impactos que tiene en los ecosistemas.

Esta planta se ha convertido en una de las mayores amenazas para los ecosistemas fluviales en España

La invasión silenciosa de la Egeria densa, también conocida como Elodea densa, se ha convertido en una de las mayores amenazas para los ecosistemas fluviales en España. Esta planta acuática, originaria de Sudamérica, comenzó como un recurso ornamental en acuarios y estanques, pero hoy coloniza ríos, embalses y humedales con consecuencias devastadoras para la biodiversidad.

Un enemigo verde que avanza sin control

La Egeria densa se caracteriza por su rápido crecimiento y por la formación de densas alfombras vegetales que bloquean la luz solar, reducen la oxigenación del agua y desplazan a la flora nativa. Sus tallos, que alcanzan varios metros de longitud, crean masas impenetrables que alteran por completo la dinámica de los ecosistemas acuáticos.

Esta capacidad expansiva le permite ocupar rápidamente cursos de agua enteros, sofocar a otras especies y provocar cambios drásticos en el equilibrio ecológico.

Impactos en fauna, flora y actividades humanas

Las consecuencias de su proliferación son múltiples, según los expertos. En primer lugar, afecta de manera directa a peces, insectos y microorganismos que dependen de un hábitat equilibrado. La disminución del oxígeno disuelto en el agua puede provocar mortandades masivas y alterar cadenas tróficas completas.

Esta especie afecta de manera directa a peces, insectos y microorganismos

Pero la amenaza no se limita al ámbito ecológico. La acumulación de biomasa entorpece actividades humanas como la pesca, la navegación o el baño, y genera problemas en infraestructuras hidráulicas, donde llega a obstruir canales de riego, compuertas y turbinas. Estas incidencias suponen gastos significativos en mantenimiento y reparación.

Una invasión difícil de contener

Uno de los factores que explican la agresividad de la Egeria densa es su capacidad para reproducirse a partir de pequeños fragmentos de tallo. Cualquier rotura puede dar lugar a nuevas plantas, lo que convierte en un reto enorme cualquier intento de erradicación.

Los métodos mecánicos suelen ser contraproducentes, ya que la fragmentación favorece su expansión. El uso de herbicidas en entornos acuáticos plantea, por su parte, riesgos adicionales para el ecosistema. Por todo ello, los especialistas coinciden en que la prevención es la herramienta más eficaz: evitar su liberación al medio natural y vigilar de forma constante los cursos de agua.

La Egeria densa no es solo un problema en España. Países de Europa, Norteamérica y Oceanía también sufren su impacto. Allí donde se establece, la planta desplaza especies autóctonas, reduce la calidad del agua y genera costes millonarios en control y gestión.

¿Cómo solucionar este problema?

La lucha contra la Egeria densa exige un plan coordinado a nivel nacional. Es fundamental impulsar programas de seguimiento, campañas de sensibilización y alternativas ornamentales que eviten su compra y posterior liberación. Del mismo modo, se requiere investigación para perfeccionar técnicas de control que sean efectivas y seguras para el medio ambiente.

Río
La investigación es necesaria para perfeccionar técnicas de control que sean efectivas

El reto es enorme: conservar la biodiversidad, garantizar el buen estado de los ríos y proteger las actividades económicas ligadas al agua. La invasión de esta planta recuerda que las amenazas a los ecosistemas no siempre llegan en forma de grandes depredadores. A veces, basta una planta aparentemente inofensiva para desestabilizar todo un sistema natural.