Los grandes diluvios septembrinos

Septiembre tiene fama de secar las fuentes pero, sobre todo, de llevarse los puentes. En 1962 este mes dejó la mayor catástrofe hidrológica de nuestra historia reciente. Te contamos parte de su currículum.

las Riadas del Vallés
Coches apilados tras la inundación del 25 al 26 de septiembre del año 1962 en Terrasa.

El mes de septiembre es un tanto traicionero. Igual se saca de la chistera semanas secas y calurosas, que frescas y –parafraseando a Ángel Rivera- con “diluvios septembrinos”. El citado meteorólogo, hace poco centinela de la Agencia Estatal de Meteorología, recoge en su libro Meses y Tiempos algunos de los chaparrones más virulentos registrados este mes en España, y a esta obra nos vamos a encomendar.

El refranero si de algo no adolece es de falta de razón. Con eso de “Septiembre se tiemble, o seca las fuentes o se lleva los puentes”, ha marcado la vuelta al trabajo y al cole de unas cuantas generaciones. Puede ser una de las frases más virales en los ascensores y panaderías del país, ¡trending topic! Y no es por casualidad. 

En estas fechas la actividad del chorro polar empieza a acrecentarse tras el letargo del verano. La inestabilidad en este flujo es mayor y se generan vaguadas -como meandros, o "lenguas"- que, si se pasan de frenada, acaban desgajándose dando lugar a alguna que otra Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), o gota fría. Si esta última se topa con índices de humedad óptimos los núcleos tormentosos están asegurados.

Según estudios posteriores, el río Ripoll llegó a contar con un caudal de 3000 metros cúbicos por segundo, casi 6 veces más de lo que acostumbra a llevar el Ebro, por ejemplo.

La noche del 25 al 26 de septiembre del año 1962 una tormenta arrastró puentes y segó la vida de 800 personas en Cataluña. En unas pocas horas la lluvia dejó 200mm y los ríos Besós, Ripoll y Llobregat se desbordaron, dejando un panorama desolador en las localidades de Terrasa, Sabadell o Rubí. Este episodio, conocido como “las Riadas del Vallés”, se considera la mayor catástrofe hidrológica de nuestra historia reciente. Según estudios posteriores, el río Ripoll llegó a contar con un caudal de 3000 metros cúbicos por segundo, casi 6 veces más de lo que acostumbra a llevar el Ebro, por ejemplo.

las Riadas del Vallés
Montcada i Reixac tras las inundaciones del 25 al 26 de septiembre del año 1962.

No sólo Cataluña padece estos fortísimos aguaceros, en Baleares este mes también ha deparado auténticos diluvios. El 18 de septiembre de 1977 otra tormenta descargó 212mm en Santa Eulària, 195mm en Sant Joan de Labritja y 190mm en Sant Carles. Algunos de estos pueblos ibicencos llegaron a tener más de 2 metros de agua en sus calles. “No se recuerda una lluvia tan abundante de efectos tan tremendos en la Isla”, versaba al día siguiente el periódico La Vanguardia. Las avenidas se llevaron por delante un coche con cuatro ocupantes, con el saldo de un fallecido y una mujer desaparecida, y destrozaron las calas Llonga, San Vicente y Es Figueral.

La Comunidad Valenciana también tiene un prolífico historial en eventos de este tipo. El 11 de septiembre de 1996 se acumularon 520mm en Tavernes de la Valldigna, y el 23 de septiembre de 2008 la localidad de Sueca vivió una tromba dantesca: cayeron 342mm, de los cuales 320 fueron recogidos en menos de 3 horas y 144 en 1 hora, ¡una intensidad pocas veces vista en España! El alcantarillado no pudo suportar el aluvión y el agua anegó numerosas calles, plantas bajas y garajes.

En la Comunidad de Murcia el 27 de septiembre de 2012 la lluvia, que llegó a presentar una intensidad de 128mm/h, inundó la autovía A-7 y la autopista de Cartagena. Muchos vecinos de Puerto Lumbreras y Lorca tuvieron que ser evacuados. Y como éste, muchísimos casos más. ¿Echas de menos algún chaparrón que hayas vivido? Cuéntanoslo.