¿Demasiados cambios? Pregúntale a la primavera

Nos encontramos en el ecuador de la primavera y, ¿sientes que tu cuerpo y tu entorno han experimentado demasiados cambios? No desesperes más, es normal, son los efectos colaterales que esta estación meteorológica está causando.

Tulipanes
¡Ay! La primavera, qué bonita es y qué poco hemos podido disfrutar todavía de sus temperaturas agradables... ¿Sabías que los tulipanes son una de las flores que primero experimentan la floración durante esta estación?

Según la literatura tradicional, durante estos meses se está produciendo un renacimiento, una renovación, un nuevo crecimiento de la naturaleza, y es por ello que la primavera es considerada una de las estaciones más bonitas y llenas de vida.

La atmósfera presenta cambios cada vez más acentuados, pues se experimenta un aumento lento y progresivo de las temperaturas conformen avanzan las semanas, acompañadas de algunas masas de aire frío residuales que dejan chubascos y tormentas, como ha estado ocurriendo en los últimos días. El medio ambiente, además, presenta cambios característicos (como el verdor de nuestros campos y el incremento de ciertas poblaciones faunísticas) y el ser humano y los animales están cada vez más alterados.

Explosión de colores y sonidos en el medio natural

Pero, ¿por qué es tan bella esta estación? La explicación se fundamenta en dos hechos: el paisaje se llena de color, porque las flores han comenzado a florecer y los animales están más animados al iniciar su época de apareamiento.

Narcisos, lirios y tulipanes son las primeras flores que aparecen en nuestros campos, gracias a los mecanismos naturales de la vernalización y la floración. Procesos por los que las plantas perciben (a través de las proteínas que sintetizan en las hojas) que es el momento exacto del año donde desarrollar sus flores y recibir la posterior polinización. A su vez, los pájaros emprenden el canto cada vez más fuerte, debido a una molécula alojada en el hipotálamo de las aves que detecta el momento de buscar pareja y activa el sistema reproductivo de las aves. Por eso cantan más, porque comienza su periodo de apareamiento y tienen que hacerse notar.

Otro aspecto de nuestro medio que también se ve alterado es el fondo del mar, y es que es uno de los momentos (junto con el otoño) en el que las algas forman el fitoplacton, debido a que los nutrientes, que estaban estancados en el fondo durante el invierno, han sido removidos por las corrientes y ascendido hasta la superficie. Además, el consumo de frutas y verduras cambia y aparecen nuevos productos de temporada, tales como las fresas, las cerezas, los espárragos y las alcachofas, entre muchos otros.

Deporte
¡Vaya! Parece que no solo a ti te han entrado las prisas por comenzar a cuidarte físicamente...

La primavera, la sangre altera

Aunque no solo el medio natural se anima, el ser humano también ha estado experimentando ciertos cambios internos que hacen esta época mucho más interesante. Todo comienza con la vitamina D, pues la ampliación de las horas de luz (debido a que los días son más largos y aumenta la exposición del sol) hace que nuestro organismo incremente sus niveles de esta vitamina, disparando a su vez los valores de testosterona en sangre y, por consiguiente, aumentando el líbido.

Digamos que es la época del año donde, después de un largo invierno, el amor y la pasión cobran vida. Y la explicación es pura química, pues es la primavera la que favorece la liberación de hormonas, tales como la oxitocina (la hormona del amor), la dopamina (la del placer y la motivación), la serotonina (la del estado de ánimo), la noradrenalina (la cual alivia el estrés) o las feromonas (las de la atracción). Un repunte de hormonas que, junto al aumento de la vida social (pues el sol hace que queramos pasar más tiempo fuera de casa) y la vuelta a la vida sana (pues parece que nos entran las prisas por querer comer mejor y hacer más ejercicio físico), hace que nuestros deseos internos sean más intensos.

Astenia primaveral
Ejemplo gráfico de la astenia primaveral, versión ardillas. Y es que muchos de vosotros tenéis los ánimos por los suelos... y tiene explicación científica.

Pero no todo son buenas noticias, y es que a todo el mundo no le afecta de igual modo la llegada de esta estación. Dentro de la euforia primaveral, existe un conocidísimo concepto que puede caer mal a mucha gente: la astenia primaveral. Y es que este lado negativo de la estación puede llegar a provocar cansancio, fatiga, malestar general, dolor de cabeza, somnolencia, alteraciones en el estado de ánimo e, incluso (en el peor de los casos), depresiones.

Además, es durante la primavera cuando aumentan las cepas de gripe, de migrañas (debido a que el consumo de alimentos como leche fresca, fresas o marisco, aumentan las cantidades de histamina, una molécula que favorece la migraña), se produce el llamado “síndrome del corazón roto” (el cual hace que tengas un estrés físico o emocional intenso, provocando incluso síntomas similares a un ataque cardíaco, como dolor en el pecho o dificultad para respirar), y los niños pueden crecer más (una teoría, cuya explicación quedaría resumida a que los más pequeños pasan más tiempo al aire libre, hacen más actividad física y reciben mayor cantidad de luz solar, acelerando así su proceso de crecimiento).

Otra loca teoría, planteada por un estudio del Centro de Genética de la Universidad de Oxford (UK), propone que los nacidos durante estos meses tienen cierta predisposición a sufrir enfermedades mentales, tales como anorexia nerviosa, esquizofrenia y trastorno bipolar. Entre las posibles causas, los elevados niveles de vitamina D de las madres existentes en los fetos.