Ni extraterrestres ni fuerzas sobrenaturales: resuelven el enigma de las pirámides de Egipto

Tras muchos siglos de interrogantes, el mayor misterio sobre la construcción de estas colosales obras de ingeniería parece haberse resuelto.

SAR y pirámides
Gracias a la tecnología satelital y el trabajo en el terreno, se ha podido confirmar la presencia de Rama Ahramat, un antiguo río que pasó al lado de las Pirámides de Giza y otros 38 emplazamientos de diferentes pirámides.

La construcción de las pirámides de Egipto, con los limitados recursos tecnológicos de su época, es uno de los más grandes misterios de la historia. Y este misterio no sólo aplica a las tres pirámides de Giza, Kefrén, Keops y Micerino, las más conocidas, importantes y antiguas de Egipto, sino a prácticamente todas.

En total se han llegado a descubrir unas 120 pirámides situadas a lo largo del río Nilo, donde los egipcios desarrollaron su civilización. Y gracias a la tecnología satelital, la arqueología ha podido dar respuesta a uno de sus mayores interrogantes.

Arqueología desde el espacio

La Dra. Eman Ghoneim, una experta en el procesamiento de imágenes satelitales de la Universidad de Carolina del Norte en Wilmington, lidera un equipo internacional que ha hecho un magnífico descubrimiento arqueológico utilizando principalmente tecnología satelital.

Eman Ghoneim
La Dra. Eman Ghoneim dirige un equipo internacional y multidisciplinario en Egipto, para descubrir y cartografiar los brazos del río Nilo, entre ellos la Rama Ahramat.

Mediante el uso de imágenes de Radares de Apertura Sintética (SAR por sus siglas en inglés), análisis geofísicos y muestras de suelo, el equipo conformado por investigadores de Estados Unidos, Australia y Egipto hallaron una rama del río Nilo extinta, llamada Rama Ahramat, que en árabe significa “vía de las pirámides”.

Los hallazgos indican que este brazo del Nilo se extendió a lo largo de 100 kilómetros y fluyó de manera paralela a la cadena de construcciones milenarias, desde el oasis del Faiyum en el sur, hasta la meseta de Giza, en el norte. Este canal pudo haber servido para el transporte de los materiales requeridos en la construcción de las pirámides, así como para el desplazamiento de la fuerza laboral necesaria.

Una vía fluvial en común

Según Ghoneim, la existencia de la vía fluvial ya estaba confirmada pero nadie sabía dónde estaba con exactitud. Es que el conglomerado de pirámides a lo largo del margen occidental desértico de la llanura aluvial del Nilo era indicio de que por allí pudo haber surcado un gran curso de agua en el pasado, lo que sería compatible con las monumentales construcciones.

Sudán es el país con más pirámides en el mundo. Si bien su altura es menor a las egipcias, este país alberga unas 255 pirámides de entre 6 m y 30 m de alto, erigidas entre los años 1070 y 350 a.C.

Si bien todavía falta delimitar cuánto tiempo pudo durar esta carretera fluvial y los motivos de su extinción, el haber determinado con precisión su ubicación aporta argumentos decisivos que fundamentan la teoría de que las pirámides de Egipto fueron creadas por trabajo arduo y un sistema complejo de envíos fluviales.

La delimitación de Rama Ahramat y la localización de sus desembocaduras puede conducir a otras pirámides y asentamientos perdidos en el desierto de Egipto.

Misterio resuelto

Esta investigación revela que la Rama Ahramat, que según la investigación atraviesa 38 emplazamientos de diferentes pirámides, estaba alimentada por numerosos afluentes, evidenciando un antiguo sistema de transporte acuático complejo y eficiente.

Los drásticos cambios climáticos y geográficos experimentados en la región del Nilo a lo largo de milenios han terminado sepultando este canal fundamental en la construcción de estos monumentos.

Rio Nilo
El fértil Nilo inferior forjó a la antigua civilización egipcia y aún alberga las Grandes Pirámides y la Esfinge de Guiza cerca de El Cairo.

La Gran Pirámide de Giza, la mayor de las tres pirámides cercanas a El Cairo, está compuesta por aproximadamente 2,3 millones de bloques de piedra caliza, cada uno con un peso aproximado de 2500 kg. Si bien aún hoy no hay consenso sobre cómo hicieron los trabajadores egipcios para apilar cada bloque a lo largo de sus 145 metros de altitud, al menos ya tenemos certeza sobre cómo estos bloques llegaron hasta allí.