La plancha y el cambio climático. ¡Vivan las arrugas!

En una sociedad cada día más concienciada sobre el cambio climático, hasta las arrugas de la ropa han sido protagonistas de un movimiento. ¿Deberíamos dejar de planchar?

Plancha
Planchar consume una gran cantidad de energía eléctrica.

Nunca nos hacemos una idea de la cantidad de acciones diarias que perjudican el medio ambiente. Desde el momento en el que nos despertamos, derrochamos agua y energía eléctrica sin pensarlo. No podemos vivir sin ambas cosas, pero sí podemos aportar nuestro granito de arena.

El año pasado hubo un movimiento que se hizo viral en las redes sociales a favor de las arrugas en la ropa y así evitar el uso de la plancha. Fue algo efímero, de lo que ya no se habla, pero de lo que podemos aprender algunas cosas. ¿Tanto afecta al calentamiento global el uso de la plancha como se decía?

Cuánta energía consume

Todo lo que consume electricidad afecta de alguna manera al medio ambiente. En algún sitio se tiene que generar la energía. Desafortunadamente, las energías renovables aún aportan una mínima parte de lo que consumimos. Si hacemos un repaso, por ejemplo, de lo que más consume en nuestras casas, quizá nos llevemos una sorpresa.

Hay muchas tablas en las que se puede ver el consumo de cada electrodoméstico. Depende mucho del uso que le demos, a qué potencia lo tengamos puesto y las horas que esté conectado. Hay algunos que están conectados todo el día, como la nevera y el congelador. Evidentemente, tienen un gasto importante de electricidad, pero si no se abre y se cierra la puerta todo el rato, su consumo es muy bajo.

El problema está en los electrodomésticos que usamos de forma puntual, como la lavadora, el horno o la plancha. En nuestro caso, la plancha necesita una gran cantidad de energía en poco tiempo para calentarse. Además, necesita mantener la temperatura alta durante bastante rato. Mientras una plancha puede consumir de 1000 a 1200 Wh (vatios-hora), una nevera se queda en tan solo 500-1000 Wh. Son datos que corresponden al consumo promedio encendido una hora y facilitados por tarifasdeluz.com.

Plancha antigua
Planchar la ropa no es algo exclusivo del siglo XX

Así, ya nos hacemos una idea de que la plancha necesita una gran cantidad de energía. ¿Podemos hacer algo al respecto? Bueno, no planchar no parece una buena idea. Estéticamente tendríamos un problema. Hay mil trucos para que la ropa nos quede con pocas arrugas tras la lavadora, pero siempre una mano de plancha será necesaria. En todo caso, siempre es mejor planchar una gran cantidad de ropa a la vez que encender la plancha cada día antes de vestirnos. La energía que consume la plancha será menor.

Por qué planchamos

Actualmente se rige a una cuestión estética, aunque se ha dicho que ayuda también a prevenir enfermedades. No entraremos en este tema. Planchar, en todo caso, no es algo inventado recientemente. Los griegos, los romanos o los vikingos ya planchaban sus ropas con distintos artilugios. No fue hasta 1882 que se inventó la plancha eléctrica en Estados Unidos.

Tampoco solemos pensar en cuál es el proceso que permite que la ropa quede lisa tras el paso de la plancha. El secreto está en el calor, porque si pasamos la plancha fría, no hacemos prácticamente nada. Al dar calor al tejido conseguimos que las fibras que lo forman se vuelvan maleables y, al pasar la plancha por encima, se eliminan las arrugas. Una vez fría, suelen conservar la forma hasta que volvemos a doblar la ropa de forma accidental.