Los astrónomos observan una enorme serpiente moviéndose en la Vía Láctea: la Onda Radcliffe

Descubren una estructura gigantesca que se extiende a lo largo de 9000 años luz en nuestra Vía Láctea, ubicada a tan solo 500 años luz del Sol.

La onda Radcliffe junto a nuestro sol (punto amarillo), dentro de un modelo de dibujos animados de la Vía Láctea. Crédito: Ralf Konietzka, Alyssa Goodman, and WorldWide Telescope

Hace unos años, los astrónomos hicieron un sorprendente hallazgo en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Descubrieron una enorme cadena de nubes gaseosas en forma de onda, justo en nuestro patio trasero solar. Esta estructura, que llamamos la “Onda Radcliffe”, da origen a cúmulos de estrellas a lo largo del brazo espiral de nuestra galaxia.

¿Por qué “Onda Radcliffe”?
En honor al Instituto Radcliffe de Harvard, donde se descubrió por primera vez esta ondulación cósmica. Pero aquí viene lo más emocionante: la Onda Radcliffe no sólo parece una onda, ¡sino que también se mueve como una!

Ralf Konietzka, un estudiante de doctorado en la Escuela de Graduados en Artes y Ciencias Kenneth C. Griffin de Harvard, explica que al seguir el movimiento de las estrellas jóvenes nacidas en las nubes gaseosas a lo largo de la Onda Radcliffe, podemos rastrear el movimiento de su gas y demostrar que la Onda Radcliffe está moviéndose.

Este emocionante descubrimiento fue posible gracias a la colaboración entre el profesor João Alves de la Universidad de Viena, la investigadora Catherine Zucker del Centro de Astrofísica y Alyssa Goodman, profesora de Astronomía Aplicada. Juntos trazaron las posiciones tridimensionales de los viveros estelares en nuestro vecindario galáctico.

Los puntos azules son cúmulos de estrellas jóvenes. La línea blanca es un modelo teórico de Ralf Konietzka y colaboradores que explica la forma actual y el movimiento de la ola. Crédito: Ralf Konietzka, Alyssa Goodman, and WorldWide Telescope

Nuevas tecnologías, nuevos mapas

Hace unos años, los astrónomos desvelaron un secreto gigantesco: una cadena de nubes gaseosas con forma de onda en nuestro vecindario solar, donde nacen grupos de estrellas a lo largo del brazo espiral de la Vía Láctea.

Los cúmulos de estrellas a lo largo de la Onda Radcliffe se mueven hacia arriba y hacia abajo, creando un patrón que viaja a través de nuestra galaxia y que ahora puede ser medido.

Este fenómeno, descubierto en 2020, es la estructura más grande que conocemos y está sorprendentemente cerca de nosotros. Ha estado allí todo el tiempo, pero no lo sabíamos porque no podíamos construir modelos de alta resolución de la distribución de las nubes gaseosas cerca del Sol en 3D.

¿Por qué se mueve de la manera en que lo hace?

En 2022, utilizando datos más recientes de la misión Gaia, los científicos asignaron movimientos 3D a los cúmulos de estrellas jóvenes en la Onda Radcliffe. Así, determinaron que realmente está ondeando, moviéndose como una “onda viajera”. Una ola cósmica que se balancea a través de nuestro patio trasero galáctico, impulsada por la gravedad de la Vía Láctea.

Los investigadores han estado explorando diversas teorías para entender su origen. Algunas hipótesis sugieren que podría haber surgido debido a explosiones de estrellas masivas, llamadas supernovas.

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Otra posibilidad es que perturbaciones externas, como una colisión con una galaxia satélite enana, hayan dado lugar a esta onda. Lo cual es posible, pues la historia de las galaxias espirales está llena de colisiones y encuentros con galaxias más pequeñas.

Un artículo publicado en Nature también analiza cuánta materia oscura podría estar involucrada en la gravedad que impulsa el movimiento de la Onda Radcliffe. Sorprendentemente, parece que la materia ordinaria, sin necesidad de materia oscura significativa, es suficiente para explicar su movimiento.

Nuevas preguntas

Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la prevalencia de estas ondas no solo en nuestra Vía Láctea, sino también en otras galaxias, así como de la relación que existe entre este tipo de cúmulos, sus movimientos y si tienen algo qué ver las ondas gravitacionales.

La Onda Radcliffe parece formar la columna vertebral del brazo espiral más cercano en nuestra galaxia, lo que sugiere que los brazos espirales de las galaxias podrían oscilar en general haciendo que las galaxias sean aún más dinámicas de lo que se pensaba anteriormente.