Los astrónomos detectan una explosión estelar tan violenta que podría destruir la atmósfera de planetas como la Tierra

Detectan la primera Eyección de Masa Coronal extrasolar proveniente de la estrella enana roja StKM 1-1262. Esta explosión genera dudas sobre la habitabilidad de exoplanetas, ya que podría despojarlos de sus atmósferas.

Los exoplanetas están expuestos a la radiación de su estrella madre.

Por primera vez, los astrónomos han captado una Eyección de Masa Coronal (CME) originada en una estrella distinta a nuestro Sol. La protagonista es la enana roja activa StKM 1-1262, ubicada a 40 años luz de distancia, muy cerca en términos cósmicos.

Una CME es una expulsión masiva de plasma magnetizado que contribuye enormemente al clima espacial. En nuestro Sistema Solar, estas explosiones provocan auroras, pero en otros mundos tienen el potencial de erosionar y destruir por completo las atmósferas planetarias.

StKM 1-1262 es una estrella fascinante y violenta que tiene aproximadamente la mitad de la masa del Sol, gira 20 veces más rápido y tiene un campo magnético 300 veces más intenso que el campo global de nuestro astro rey.

Detectar una CME extrasolar ha sido un reto histórico para la astronomía, pues anteriormente sólo intuíamos su existencia mediante métodos indirectos, como los cambios en la luz ultravioleta o rayos X pero no se confirmaba que el plasma escapara totalmente.

Comparación entre una estrella amarilla, una enana roja y una enana marrón.

Sin embargo, estas “explosiones” producen una onda de choque que al viajar por el espacio emite una señal clave, una ráfaga de radio, conocida como de Tipo II, la cual es una prueba de que el material ha escapado del campo magnético estelar.

Un grito de plasma en el cosmos

La ráfaga de radio fue detectada por el radiotelescopio LOFAR (Low Frequency Array), gracias al barrido de baja frecuencia en el hemisferio norte. La erupción duró aproximadamente dos minutos y se movía a una velocidad supersónica asombrosa de 2400 kilómetros por segundo.

Para poner esto en perspectiva, sólo alrededor del 5% de las eyecciones más veloces observadas en el Sol alcanzan o superan esa velocidad. Aunque el Sol también tiene CMEs, la magnitud y tasa de estos eventos en enanas rojas pueden ser mucho más extremas.

Además del LOFAR, el observatorio XMM-Newton fue crucial para determinar las condiciones estelares, como la temperatura coronal. Al ser un choque super-Alfvénico, la detección también permitió establecer un límite superior de 19 Gauss para el campo magnético coronal a tres radios estelares.

Un choque super-Alfvénico es un tipo de onda de choque que viaja a una velocidad superior a la velocidad de Alfvén en un medio de plasma magnetizado, como el interior del Sol.

La señal observada en StKM 1-1262 coincide con las propiedades fundamentales de emisión de plasma de una ráfaga solar de Tipo II, lo cual es evidencia de que el plasma caliente fue liberado, sin duda, hacia el medio interplanetario de la estrella.

La vida en la zona de peligro

Este hallazgo es fundamental porque la mayoría de los exoplanetas potencialmente habitables que hemos encontrado orbitan enanas rojas y en este tipo de estrellas que son más frías, la zona habitable (donde podría existir agua líquida) está mucho más cerca del astro.

Un planeta en la zona habitable de StKM 1-1262 estaría expuesto a impactos de CME mucho más frecuentes y energéticos que la Tierra, pero la presión generada por este tipo de explosiones podría ser devastadora para cualquier mundo cercano.

Subclasificaciones para las enanas rojas.

Llamada ram-pressure, podría comprimir la magnetosfera de un planeta hasta su superficie, incluso si este tuviera un campo magnético robusto como el terrestre. Esto significa que, a pesar de estar en la "zona adecuada", el planeta podría perder su atmósfera.

Se calcula que la densidad del plasma expulsado es de más de 300 millones de partículas por centímetro cúbico. Esta cifra es diez veces mayor que lo simulado usualmente para impactos de CME en exoplanetas, reforzando la gravedad de este evento.

Nuevos límites en la búsqueda de mundos

Gracias a esta detección, los científicos ya no se limitan a extrapolar las tasas y cinemáticas de las CMEs solares a otras estrellas, sino que han podido establecer los primeros límites observacionales empíricos sobre el verdadero impacto de las CMEs en otros sistemas estelares.

El estudio sugiere que la tasa de eventos tan luminosos en las enanas M (tipos M0 a M6) es baja, aproximadamente una milésima por día por estrella. Esto implica que, aunque raros, estos estallidos super-rápidos son consistentes con la tasa solar de Tipo II.

Este trabajo pionero confirma que el clima espacial alrededor de estrellas más pequeñas puede ser aún más extremo de lo imaginado y el hallazgo abre una nueva frontera observacional para comprender las erupciones y el futuro de la habitabilidad en la galaxia.

La detección con LOFAR, una red de antenas que capta bajas frecuencias, demuestra su poder para descubrir explosiones estelares. El éxito en este campo sienta las bases para futuros estudios con instrumentos como el próximo Square Kilometre Array (SKA).

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