Vídeo: así se vieron las auroras que dejó la tormenta solar severa desde la Estación Espacial Internacional

Una potente tormenta geomagnética de nivel G4 generó una impresionante aurora, visible desde latitudes inusuales, que fue registrada por las cámaras instaladas en la Estación Espacial Internacional mientras partículas solares impactaban en la magnetosfera terrestre.

Hace apenas unos días, una severa tormenta geomagnética categoría G4 azotó la Tierra. Como consecuencia, una gran aurora fue captada desde latitudes inusuales, pero también desde la Estación Espacial Internacional (EII, por sus siglas en inglés), una posición privilegiada desde la que ha sido posible grabar imágenes verdaderamente espectaculares.

El fenómeno comenzó cuando varias eyecciones de masa coronal (CME) del Sol viajaron hacia nuestro planeta con gran velocidad. Al entrar en contacto con la magnetosfera terrestre, las partículas cargadas generaron una interacción intensa con los gases de la alta atmósfera, provocando la emisión de luz típica de las auroras.

Una aurora vista desde la órbita terrestre

Desde la Estación Espacial Internacional, la perspectiva añadió un valor fascinante al registro del evento: la aurora vista desde la órbita de nuestro planeta, por encima del propio fenómeno, con toda la curvatura terrestre y el manto celeste de fondo.

Las imágenes muestran arcos de luz verdosos, rosados y violetas que bailan sobre el limbo atmosférico en el silencio orbital. La sincronización del vídeo con la tormenta G4 confirma que el origen fue la oleada de partículas solares que alteró temporalmente la magnetosfera.

Mientras, en la superficie de la Tierra, la aurora pudo ser observada desde zonas mucho más alejadas de lo habitual. En América del Norte, por ejemplo, se fotografió en lugares tan al sur como México. En Europa, fue visible en el país más al sur del Viejo Continente: España.

Implicaciones al margen del espectáculo visual

Al margen de un espectáculo visual que es simplemente extraordinario –pocas veces pueden verse auroras tan extendidas y captadas desde el espacio–, una de las incógnitas era cómo la tormenta solar geomagnética, catalogada de nivel G4, podía afectar a los satélites, y a las comunicaciones y redes eléctricas en la Tierra.

Dentro de la escala de tormentas geomagnéticas de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), este nivel se corresponde con la posibilidad de impactos tales como la degradación de señales GPS, interrupciones de radiofrecuencia, e incluso corrientes inducidas en redes eléctricas.

Afortunadamente, en esta ocasión no se han reportado apagones a gran escala, lo que indica que, pese al poderoso pulso solar, la infraestructura terrestre resistió bien.

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