Big Freeze o Big Rip: los inquietantes finales que podría tener el universo según el astrofísico Zeus Valtierra

El universo podría terminar congelado, desgarrado o detenido para siempre. Detrás de estos escenarios apocalípticos, se esconde la misteriosa y escurridiza energía oscura, responsable de acelerar la expansión cósmica.

La expansión del Universo inició desde el momento de su nacimiento.

Hace poco más de veinte años, los astrónomos descubrieron algo sorprendente: el universo no sólo se expande, sino que lo hace cada vez más rápido. Ese hallazgo cambió por completo nuestra comprensión del cosmos y abrió la puerta a una fuerza invisible que hoy conocemos como energía oscura.

Algunos científicos la describen como una especie de “presión negativa” que empuja el espacio mismo hacia afuera. Otros piensan que podría ser una propiedad del vacío o una consecuencia de una gravedad modificada, algo que aún no comprendemos del todo.

Los modelos más aceptados intentan describirla con un parámetro llamado "w" que mide la relación entre su presión y su energía. Si "w" fuera exactamente igual a - 1, el universo seguiría expandiéndose para siempre, pero lentamente y, si es menor, el futuro se vuelve mucho más inquietante.

En ese caso, estaríamos frente a una energía oscura fantasma, una versión extrema que no sólo lo empuja, sino que podría acabar rompiéndolo. Esta idea lleva a los escenarios más temidos por la cosmología moderna: el Big Rip, el Little Rip y el Big Freeze.

Representación gráfica de la Expansión del Universo.

Todas estas posibilidades surgen del intento de entender una pregunta sencilla y brutal: ¿qué pasará cuando la expansión llegue demasiado lejos? El universo, como todo en la naturaleza, también podría tener un final, y quizá ya estemos viendo los primeros indicios de cómo será.

El terror del Big Rip y sus parientes cósmicos

Imagina que el universo se estira tanto que las galaxias, las estrellas, los planetas y hasta los átomos comienzan a desintegrarse. Ese es el destino que el Big Rip propone, un escenario donde la expansión se acelera tanto que el propio espacio-tiempo termina desgarrándose.

En este modelo, todo sucede en un tiempo finito en el que primero se separan las galaxias, luego los sistemas solares, y al final la materia misma se rompe en partículas elementales. Es el tipo de final que haría palidecer a cualquier película de ciencia ficción.

Pero hay versiones menos drásticas — aunque no menos inquietantes — como el Little Rip que describe una expansión sin fin ni punto de ruptura específico; pero que, con el paso del tiempo, destruye todas las estructuras cósmicas, una a una, sin llegar nunca a una singularidad total.

Y luego está el Little Sibling of the Big Rip, un escenario aún más lento en el que el universo crece sin límite, pero sus efectos acumulados terminan desatando el mismo destino: la disolución de todo. En los tres casos, el cosmos termina desgarrado por su propia energía.

La amenaza de la gran congelación

Otro final posible no implica destrucción violenta, sino congelación absoluta. El Big Freeze o “Gran Congelación” es un destino en el que el universo se expande tanto que la energía se diluye hasta desaparecer… Todo se apaga poco a poco, hasta que solo queda un silencio (térmico) infinito.

En este escenario, las estrellas mueren, las galaxias se apagan y los agujeros negros se evaporan lentamente. No hay un estallido ni una explosión final, sólo un frío progresivo que apaga la luz del cosmos como si alguien bajara un interruptor universal.

El universo podría alcanzar un punto "máximo" y quedarse ahí.

Algunos modelos proponen que el universo podría alcanzar un tamaño máximo y detenerse justo antes de ese congelamiento total. Aun así, el resultado es el mismo: un cosmos sin energía, sin movimiento, sin nada que cambie, es decir:

Un cementerio de partículas dispersas en un vacío eterno.

Aunque parezca un final más “tranquilo” que el Big Rip, su melancolía es aún más profunda. El universo no explota, simplemente se apaga, quedando atrapado en un silencio cósmico que nunca se romperá, por lo que también se le conoce como “La Muerte Térmica del Universo”.

Esperanza cuántica: el universo podría sobrevivir

Aun así... ¡no todo está perdido! Algunos físicos creen que la cuántica podría salvarnos de esos destinos apocalípticos, en las escalas donde el espacio y el tiempo se comportan como ondas, podrían surgir efectos que impidan que el universo llegue realmente a un final.

La cosmología cuántica intenta aplicar las leyes cuánticas al universo completo. En ese marco, se estudia si ciertas “funciones de onda” del cosmos podrían evitar que las singularidades (las zonas de destrucción total), lleguen a ocurrir.

De hecho, varios estudios indican que algunos de esos finales, como el Big Rip o el Little Rip, podrían suavizarse o evitarse gracias a efectos cuánticos. En otras palabras, el universo podría acercarse al abismo, pero sin caer en él.

Quizá el destino final del cosmos no sea un final, sino una transformación. Tal vez después del desgarro o del congelamiento venga una nueva expansión, un renacer cuántico. Porque si algo ha demostrado el universo, es que siempre encuentra la forma de volver a empezar.

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