El huracán Otis dejó una racha de viento en Acapulco que alucina a los expertos. Todo apunta a gran récord

Descubre la sorprendente odisea de Otis, el huracán que desafió todas las predicciones. ¿Cómo una tranquila tormenta se transformó en un monstruo qué batió récors y deboró ciudades?

Huracán Otis
El Huracán Otis, protagonista indiscutible de la temporada de huracanes del Pacífico 2023.

Con 20 tormentas con nombre, 11 huracanes y 5 de categoría destacada, el periodo del 15 de mayo al 30 de noviembre está siendo un desfile de fenómenos naturales extremos que mantiene en vilo a las costas del pacífico.

En el centro de la tormenta se encuentra Otis, el huracán categoría 5 que, al tocar tierra en Acapulco, México, desató una furia catastrófica, desafiando las predicciones y dejando una marca imborrable.

Los modelos meteorológicos no lo vieron venir

Los modelos meteorológicos y las proyecciones anticipaban a Otis como una tormenta tropical moderada, pero la realidad fue otra. La intensificación vertiginosa del huracán, pasando de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 12 horas, dejó perplejos a los científicos. ¿Cómo pudo una tormenta, inicialmente catalogada como manejable, transformarse en un monstruo de tal magnitud?

Así se descontroló Otis

Otis se formó a partir de una onda tropical que se convirtió en depresión tropical el 22 de octubre, y se intensificó rápidamente a una tormenta tropical el mismo día. Otis continuó intensificándose, alcanzando la categoría 1 el 23 de octubre, la categoría 2 el 24 de octubre y la categoría 5 horas poco después.

Esta intensificación explosiva de Otis desafía las convenciones meteorológicas. Los científicos señalan la rápida acumulación de energía térmica en las aguas tropicales como un factor clave. Las condiciones atmosféricas ideales, con baja cizalladura del viento y temperaturas cálidas, crearon el escenario perfecto para la metamorfosis de Otis de tormenta a monstruo.

La racha de viento más fuerte jamás registrada en América

El 25 de octubre, Otis tocó tierra en Guerrero, México, con vientos máximos sostenidos de 270 km/h, dejando a su paso una estela de destrucción generalizada.

En Acapulco, una estación meteorológica registró una ráfaga impresionante de 329,76 km/h, estableciendo un nuevo récord en el continente americano. Este hito superó la marca previa de 323 km/h, establecida por el huracán Patricia en 2015.

Las consecuencias inevitables

Acapulco, conocido por sus playas paradisíacas, se vio transformado en un campo de batalla por la furia de Otis. El huracán no solo arrasó con la infraestructura urbana, sino que también dejó a la ciudad aislada sin electricidad, agua, internet y gasolina.

Las cifras de la tragedia van en aumento. Hasta ahora, 48 vidas se han perdido y 6 personas continúan desaparecidas. La reconstrucción de Acapulco, según expertos, costará más que los Juegos Olímpicos de París 2024.

La magnitud de tal devastación plantea preguntas no solo sobre la precisión de las predicciones sino también sobre la capacidad de recuperación de las comunidades afectadas. La tragedia de Otis nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer nuestras infraestructuras y protocolos de evacuación para mitigar el impacto de futuros huracanes de esta magnitud.