Las supercélulas avisan, la temporada de tormentas ya está aquí

Las primeras tormentas altamente organizadas están empezando a dejarse ver en el territorio peninsular. Según avanza la primavera, los ingredientes necesarios para la formación de estas estructuras aparecen en zonas cada vez más extensas.

Supercélula atardecer
La formación de una supercélula requiere unas condiciones previas muy difíciles de observar en los meses invernales. La aparición de estas tormentas en el interior peninsular empieza a ser frecuente a partir de abril y mayo.


La presencia de un chorro polar desorganizado y con abundantes depresiones y vaguadas descolgándose sobre Europa han desencadenado fuertes contrastes térmicos en todo el continente. La Península Ibérica comenzaba el mes de abril con temperaturas extremadamente bajas para la época del año y, durante esta segunda quincena del mes, han vuelto a producirse nuevos desalojos de aire frío menores que han permitido ver la nieve incluso en capitales de provincia. Sin embargo, también hemos asistido a la aparición de otros fenómenos meteorológicos que hasta ahora estaban ausentes.

El aire cálido y húmedo de procedencia subtropical, junto con el flanco ascendente de una vaguada, permitió en días pasados el desarrollo de tormentas organizadas. En la próxima semana podría haber otro episodio.

En las últimas semanas, además de esas irrupciones de aire frío, también ha habido advecciones cálidas y húmedas de procedencia subtropical. Tenían lugar cuando quedábamos situados en el flanco ascendente de una vaguada o depresión. En este sector, el viento en altura diverge -va en direcciones más o menos opuestas- facilitando los ascensos de aire. Si las condiciones en superficie son las adecuadas y la humedad lo permite, pueden aparecer tormentas en algunos casos organizadas. Y esas condiciones en superficie de temperatura y humedad empiezan a ser fáciles de ver precisamente a partir de esta época del año, cuando la radiación solar aumenta.

Este aumento de la actividad tormentosa empieza a notarse especialmente en el interior peninsular, siendo más lento y progresivo en las zonas costeras donde está muy condicionado por la temperatura del mar. En las últimas semanas ya han aparecido las primeras tormentas de entidad entre las cuales había varias supercélulas, es el primer "aviso" que da la temporada de tormentas sobre su comienzo.

Una supercélula es una tormenta organizada que, a diferencia de otras estructuras, presenta una corriente ascendente estable y duradera en constante rotación. No sólo es necesaria una abundante energía disponible, sino también un flujo de vientos y una cizalladura local muy concretos que suelen darse con frecuencia precisamente en el flanco ascendente de las vaguadas y DANAs.

Importante incremento de la actividad en mayo y junio

La parte más activa de la temporada empieza sin duda en mayo en amplias zonas del interior. En esta época del año no sólo la radiación solar favorece un fuerte calentamiento del suelo, sino que también lentamente el mar comienza a calentarse. Las masas de aire procedentes del Mediterráneo o del Atlántico subtropical son cada vez más cálidas y húmedas y, por otra parte, en esta época todavía son frecuentes las vaguadas y depresiones en estas latitudes.

Supercélula
Las masas de aire cada vez son más cálidas y húmedas, lo que unido al paso de vaguadas o danas, en ocasiones genera condiciones óptimas para las supercélulas.

Más adelante, durante el verano, la energía disponible alcanza el máximo, pero es mucho más difícil que las depresiones de latitudes medias lleguen a afectarnos, por lo que la actividad convectiva disminuye en algunas regiones. Sin embargo, se sigue incrementando localmente en algunas zonas, siendo cada vez más frecuentes las tormentas de masa de aire.

Con la llegada del final del verano, el chorro nuevamente se ondula y desciende de latitud coincidiendo con el máximo de temperatura de la superficie del mar. Esto trae como consecuencia un máximo de la actividad convectiva que es especialmente notable en zonas costeras. Se puede apreciar en este estudio publicado por la Agencia Estatal de Meteorología, donde precisamente septiembre es el mes con mayor actividad eléctrica en la Península Ibérica.

Un nuevo episodio de tormentas a la vista

No se aprecia a medio plazo una dorsal anticiclónica presente en nuestra región y, por tanto, seguiremos expuestos a la llegada de sistemas de bajas presiones. La próxima vaguada que nos afectará podría empezar a notars en la Península Ibérica el martes de la próxima semana. Si se cumplen los escenarios más probables, la mitad oriental quedará entre el martes y el jueves en el ramal ascendente de esta vaguada, que podría llegar a cerrar su circulación formando una DANA. Esto podría suponer un nuevo episodio tormentoso que dará un paso más en esta incipiente temporada de tormentas de 2022.