El otro gran rival en el tenis: la altitud de los torneos, entre ellos el de Roland Garros

El fútbol es, sin duda, el deporte más popular del mundo. Tanto así que es capaz de paralizar un país entero en el momento en el que se juega el Mundial. Sin embargo, el tenis no se queda atrás y si consideramos sólo los deportes individuales y no los de equipo, ganaría el primer puesto con creces.

Pues bien, una vez nos centramos en el tenis, es un deporte que no solo se basa en golpear la pelota y correr lo suficiente como para poder devolverla al campo contrario. En la pista de tenis, hay otros obstáculos que tienen que ver con la presión atmosférica.

La importancia de la altitud a la hora de ejercer un deporte

Para cualquier deportista, ya sea de baloncesto, fútbol, natación o tenis, la altitud sobre el nivel del mar es un factor importante a la hora de competir. En el tenis, por ejemplo, resulta una característica decisiva a la hora del rozamiento de la pelota en el suelo. A medida que se asciende, el aire pierde densidad y la presión atmosférica baja.

Desde el 22 de mayo hasta el 11 de junio se disputa el Roland Garros, en París, un circuito que se encuentra casi a nivel del mar. Aquí el problema es que el aire cuenta con una gran densidad y la bola se frena más. Por ejemplo, la misma jugada pero en una pista de Madrid (situada a aproximadamente 600 metros sobre el nivel del mar) tendría un resultado diferente. Ahí el golpe en el suelo frenaría mucho menos o el saque de bola de un tenista sería más rápido.

Pues bien, este ejemplo podría aplicarse a lugares mucho más altos, como por ejemplo el torneo de tenis femenino en Bogotá, Colombia, que se disputa a 2625 metros de altitud. Ahí, ¿cómo creéis que rozaría la pelota en el suelo?

Otros ejemplos relacionados con el deporte

Algo parecido sucede con el fútbol en Bolivia. Quien está acostumbrado a jugar a este deporte cerca del nivel del mar puede sufrir mucho. La Paz, la capital, se encuentra a 3625 metros sobre el nivel del mar. Ahí la falta de oxígeno genera una acumulación de ácido láctico, responsable de la fatiga.

Los futbolistas que no están aclimatados a este entorno tienen menos velocidad, potencia e incluso coordinación, sin contar que el rozamiento de la pelota en el campo sería más rápido. Para hacernos una idea, Argentina, actual campeona mundial de fútbol, no ganó ni un solo partido en Bolivia entre los años 1973 y 2005. Después de esto, ¿quién cuestiona los entrenamientos exhaustivos y previos a subir el Everest?

Dificultades y beneficios para el deportista

En este contexto no solo es la pelota la que se ve afectada, el propio deportista también. Como bien sabemos, a mayor altura menor oxígeno. Volviendo al tenis, torneos situados en lugares de gran altura sobre el nivel del mar provocan que los pulmones tengan que abrirse más para captar más oxígeno. Una vez recogido ese oxígeno, tienen que elevar la capacidad para transportarlo en la sangre y como resultado es un aumento de los glóbulos rojos de hasta un 20%.

Ahora bien, no todo es negativo. Hacer deporte y jugar torneos a gran altura hace posible que una vez se vuelvan a realizar en un lugar más bajo, el rendimiento del deportista sea mayor y más efectivo. Por ejemplo, los jugadores del Roland Garros serán más efectivos ahora en París que cuando jugaron en Madrid, hace apenas un mes.