Qué es un alud, cuáles son los tipos que hay y cómo interpretar el nivel de riesgo

Los aludes son uno de los mayores peligros en la alta montaña invernal. Conocer qué son, cómo se forman y aprender a interpretar su riesgo puede salvar vidas.

Aludes
Los aludes son de los fenómenos más peligrosos en la alta montaña invernal, por lo que resulta imprescindible saber cómo se forman e interpretar el nivel de riesgo.

La nieve convierte la montaña en un entorno espectacular, pero también puede transformarla en un lugar extremadamente peligroso. Uno de los mayores riesgos invernales son los aludes, y desgraciadamente ayer perdieron la vida tres montañeros en los alrededores del balneario de Panticosa (Huesca) por este motivo.

Hay que recordar que un alud es un fenómeno natural capaz de poner en peligro tanto a montañeros como a esquiadores fuera de pista, especialmente cuando se dan una serie de circunstancias.

¿Qué es un alud?

Un alud, también llamado avalancha, es el deslizamiento repentino de una masa de nieve por una ladera al perderse el equilibrio del manto nivoso, aunque puede arrastrar nieve, hielo, rocas, árboles y todo lo que encuentre a su paso, alcanzando gran velocidad y fuerza destructiva.

Los aludes suelen producirse en pendientes de entre 30 y 45 grados, especialmente tras nevadas recientes, cambios bruscos de temperatura o la acción del viento.

¿Por qué se producen los aludes?

El manto de nieve está formado por distintas capas que se van acumulando a lo largo del invierno. Cuando una capa débil queda enterrada bajo otra más pesada y compacta, la estabilidad se reduce.

Los principales factores que favorecen un alud son los siguientes.

  • Nevadas intensas o rápidas.
  • Viento fuerte que acumula nieve en sotavento.
  • Aumento repentino de temperatura.
  • Lluvia sobre nieve.
  • Paso de personas o animales sobre una ladera inestable.

Estos son los principales tipos de aludes

No todos los aludes son iguales, e identificar su tipología ayuda a entender su comportamiento y peligrosidad.

Alud de placa

    Es el más peligroso y frecuente en accidentes graves. Se produce cuando una placa de nieve compacta se desliza sobre una capa débil, rompiéndose de forma brusca y puede arrastrar grandes superficies de ladera.

    Alud de nieve reciente

        Formado por nieve recién caída que aún no se ha cohesionado, es habitual tras nevadas intensas y suele tener menor densidad, aunque puede ganar volumen rápidamente.

        Alud de nieve húmeda

          Se produce cuando la nieve contiene mucha agua, normalmente por subida de temperaturas o lluvia siendo los que más material desplazan y destructivos.

          Alud de fusión o de fondo

            Afecta a todo el espesor del manto nivoso y se desliza hasta el suelo. Es típico en primavera y suele ser difícil de prever.

            ¿Cómo se interpreta el riesgo de aludes?

            El riesgo se comunica mediante el Boletín de Peligro de Aludes, que utiliza una escala europea de 5 niveles.

            1. Débil: el manto es estable, riesgo bajo
            2. Limitado: algunas pendientes peligrosas
            3. Notable: condiciones delicadas, muchos accidentes ocurren en este nivel
            4. Fuerte: alta probabilidad de aludes espontáneos
            5. Muy fuerte: situación extrema, evitar cualquier actividad en montaña

            Además del nivel, es muy importante leer detenidamente la descripción: orientación de las laderas afectadas, altitud y tipo de alud esperado.

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