Por qué la sierra se está quedando la lluvia y la nieve de toda la Comunidad de Madrid: es un tema de 'gran envergadura'

El invierno ha comenzado con nieve en amplias zonas montañosas del país. En la Comunidad de Madrid, hay puntos que acumulan cantidades mayores que en otros, ¿por qué? Te lo explicamos.

Nieve Madrid
El invierno climatológico ha llegado con nieve a la Sierra de Madrid, pero con contrastes importantes entre una vertiente y otra.

La primera semana de diciembre ha comenzado con una dinámica atmosférica muy inestable en España. Una sucesión de varios frentes está dejando un ambiente plenamente invernal, en el que la lluvia, la nieve, el viento, las heladas matinales y el frío se han convertido en protagonistas.

Aunque las precipitaciones, incluidas las nevadas en numerosos sectores, están siendo relativamente extensas, la distribución no es homogénea. La orografía peninsular juega un papel determinante y marca claras diferencias en los acumulados.

En la Comunidad de Madrid las lluvias y las nevadas están llegando a buena parte de la región, pero hay ciertas áreas que destacan claramente por la cantidad registrada. La propia configuración del relieve condiciona el avance de las masas húmedas, intensifica la precipitación en ciertos puntos y limita su llegada a otros.

El efecto de la orografía del Sistema Central: un muro natural

La sierra de Guadarrama, que alcanza los 2428 m en el Peñalara, ejerce un papel decisivo en la distribución de las precipitaciones en la Comunidad de Madrid. Su relieve actúa como un auténtico muro frente a las masas de aire húmedo que avanzan desde el oeste y suroeste, las direcciones predominantes en situaciones atlánticas.

Los sectores como el valle del Lozoya, Valsaín y las laderas septentrionales de Peñalara, Cuerda Larga o la Bola del Mundo (en la imagen) registran habitualmente acumulaciones superiores. La propia divisoria concentra los mayores espesores, especialmente durante la noche y la madrugada, cuando el descenso térmico amplifica la nevada.

Al encontrarse con esta barrera montañosa, el aire se ve obligado a ascender con rapidez, provocando así un enfriamiento marcado y favoreciendo la condensación de la humedad. Este ascenso forzado reactiva la nubosidad y las precipitaciones que, en sectores centrales de la meseta norte, llegaban mucho más debilitadas.

La cara norte del Sistema Central es la gran beneficiada de este mecanismo. Al recibir de forma directa el impacto del flujo húmedo entrante, el aire asciende bruscamente, se enfría y libera buena parte de su contenido en forma de lluvia o nieve.

Una vez superada la cresta, el aire desciende hacia la vertiente sur. En ese tramo pierde humedad y se recalienta, reduciendo su capacidad para generar precipitaciones.

Este fenómeno, asociado al efecto foehn, crea una marcada sombra pluviométrica que explica por qué zonas como el pueblo de Navacerrada, Cercedilla, el valle del Manzanares o el piedemonte madrileño reciben cantidades mucho más modestas.

La combinación de estos procesos convierte a la Sierra de Guadarrama en un elemento clave para entender la distribución espacial de la lluvia y la nieve en episodios invernales como los actuales.

¿Qué diferencias hay entre las vertientes de la sierra de Madrid?

La cara norte del Sistema Central forma una vertiente amplia y continua que abarca macizos como Gredos, Guadarrama y Ayllón, cuyas caras nortes están orientadas perfectamente hacia el norte y noroeste. Esta vertiente en una de las zonas más húmedas y nivosas del interior peninsular.

En nuestros mapas se ve claramente esta diferencia entre la cara norte y la sur de la sierra de Madrid.

Esta orientación los expone directamente a los flujos húmedos atlánticos procedentes del oeste, suroeste y noroeste, que son las direcciones dominantes en la mayor parte de los episodios invernales. Dependiendo del flujo predominante, los mayores acumulados se concentran en una vertiente o en otra.

Dentro de este conjunto, la cara norte de la Sierra de Madrid, correspondiente al sector central del Guadarrama, comparte exactamente esa misma exposición al flujo húmedo. Aunque se trata de un tramo más concentrado que otros sectores del Sistema Central, sigue siendo una de las áreas con mayor precipitación del Guadarrama debido a su orientación y altitud.

En términos comparativos, la cara norte del Sistema Central en su totalidad recibe mayores acumulados por su mayor extensión y altitudes superiores en algunos sectores. No obstante, dentro de Guadarrama, la vertiente norte madrileña concentra la mayor parte de la lluvia y la nieve, en claro contraste con la vertiente sur, que queda expuesta al efecto foehn y presenta una marcada sombra pluviométrica.

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