Descubriendo la mayor masa forestal del planeta, ¡y no es la Amazonia!

Con una extensión de unos 17 millones de kilómetros cuadrados, este impresionante bosque cubre el 15 % de la superficie terrestre, superando los 6 millones del Amazonas.

Taiga, bosque boreal
Dada su extensión, la taiga es la mayor zona boscosa de nuestro planeta, abarcando no sólo el área euroasiática, sino también el territorio canadiense.

No es el Amazonas, ni siquiera la vasta selva tropical de la cuenca del río Congo en África central. El bosque más grande de la Tierra es la taiga euroasiática, conocida como "bosque boreal", un gigantesco bosque de coníferas que desde Escandinavia, a través de la Rusia europea, irrumpe en la frontera de los Montes Urales, para atravesar toda Siberia, hasta el océano Pacífico.

Por su tamaño, la taiga es la mayor zona boscosa de nuestro planeta, ya que abarca no sólo el área euroasiática, sino también el territorio canadiense. Este inmenso bosque de coníferas tiene una labor muy importante para nuestro planeta, ya que ayuda a absorber carbono, produciendo oxígeno.

Aquí están las dimensiones

Según esta descripción es fácil entender por qué puede considerarse el bosque más grande del mundo. Con una extensión aproximada de 17 millones de kilómetros cuadrados cubre el 15 % de la superficie terrestre de la Tierra, superando los 6 millones del Amazonas. Sin embargo, esta medida es aproximada porque, al recorrer una porción tan vasta del planeta, los propios expertos no suelen dar una estimación definitiva.

Naturalmente, dada su enorme extensión, su composición es diferente de una zona a otra. En la parte más septentrional encontramos la tundra ártica, mientras que avanzando hacia el sur encontramos la porción de bosque formada por especies definidas como caducifolias, es decir, aquellas que se ven sometidas a la caída natural en otoño.

Taiga, bosque
Por supuesto, dado su enorme tamaño, su composición difiere de una zona a otra.

El clima es seco y rígido, caracterizado por inviernos duros y veranos cortos, y su desarrollo se produce sobre suelos mayoritariamente húmedos. En su interior podemos encontrar zonas con un alto nivel de humedad como pantanos, charcos y turberas que se congelan durante el invierno.

La vegetación de la taiga

Contrariamente a la creencia popular, la taiga se caracteriza por una considerable biodiversidad vegetal, con abetos o abetos siberianos, pinos silvestres y abetos finlandeses. Muchas endémicas están presentes en algunas zonas remotas del territorio siberiano. Se trata de la parte euroasiática.

Pasando a la parte canadiense, sin embargo, encontramos aún más flora como el abeto negro, de roca o balsámico, el alerce americano o de Alaska e incluso el abedul y el licopodio, pero también algunos tipos de ericacas y cornáceas.

La presencia de fauna salvaje es igualmente asombrosa, con una larguísima lista de especies como alces europeos, siberianos y de Alaska, distintos tipos de ciervos, zorros, lobos y linces. También encontramos especies raras, como el famoso tigre siberiano, luego osos, armiños, pero también mofetas, castores y mapaches.

Las graves amenazas que enfrenta hoy la taiga

Si siempre hemos sido conscientes de los riesgos y peligros para la selva amazónica, los que conciernen a la Taiga son los mismos. Sobre todo, la deforestación excesiva, los incendios y los efectos del cambio climático, con períodos cálidos cada vez más prolongados en los meses de verano que pueden favorecer la aparición de grandes incendios forestales (a menudo provocados por el hombre).

Taiga
Sequías e inundaciones minan cada día el delicado ecosistema de la taiga.

Los expertos señalan este problema especialmente en la zona de Siberia, debido a la excesiva demanda de madera. Otro gran problema es, naturalmente, el que afecta al planeta en su conjunto, un tema muy candente en la actualidad: el cambio climático es sin duda la emergencia más urgente y preocupante.

La sequía y las inundaciones socavan cada día el delicado ecosistema de la taiga. Según los expertos, es necesaria la aplicación de medidas por parte de los gobiernos de todo el mundo para remediar el problema, de lo contrario corremos el riesgo de comprometer la supervivencia de este pulmón verde, permitiendo que las zonas boscosas disminuyan en favor de las praderas.