De vecino incómodo a plaga en expansión, así responden las CCAA al exceso de jabalíes
Los jabalíes ya no solo cruzan carreteras, también amenazan al porcino y a las ciudades. Varias CCAA reaccionan, ¿basta con la caza o hace falta algo más?

El jabalí ha dejado de ser una sombra furtiva en los montes para convertirse en un protagonista incómodo de la vida cotidiana. Aparece en cultivos recién sembrados, carreteras comarcales, urbanizaciones de montaña e incluso en parques periurbanos. Lo que durante años se interpretó como una curiosidad de la fauna salvaje hoy es un problema serio de seguridad, de daños al campo y, sobre todo, de sanidad animal.
El reciente avance de la peste porcina africana en jabalíes próximos a grandes núcleos urbanos ha sido el detonante. Varias comunidades autónomas han empezado a mover ficha, pero la pregunta sigue ahí: ¿cómo hemos llegado a este punto?
Una población disparada en pocas décadas
Las estimaciones actuales sitúan la población de jabalí en España en torno a 1,2 millones de ejemplares, según el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) sobre fauna silvestre.
Las cifras de caza también reflejan este despegue. Cada año se abaten alrededor de 450.000 jabalíes en el conjunto del país y, aún así, la población sigue al alza. La presión cinegética consigue frenar parte del crecimiento, pero no basta para revertirlo, especialmente en áreas agrícolas y periurbanas.
En algunas comunidades, los datos ayudan a visualizar la magnitud del problema. En Castilla y León se calcula una población de unos 250.000 jabalíes, de los que se cazan más de 52.000 al año, casi el doble que hace apenas una década. En otras regiones de menor tamaño, como La Rioja, las autoridades hablan ya de varios miles de ejemplares y han empezado a eliminar tasas y a flexibilizar la caza para intentar reducir riesgos sanitarios y daños.
La coordinación está siendo impecable. Estamos informando en tiempo real sobre la evolución de la peste porcina africana.
— Luis Planas Puchades (@LuisPlanas) December 6, 2025
La transparencia es total para que ciudadanos y profesionales del sector se sientan acompañados y protegidos.
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La expansión ya no se limita al medio rural. Cada vez son más frecuentes las imágenes de grupos de jabalíes moviéndose entre contenedores, rebuscando en áreas recreativas o cruzando rotondas a las afueras de las ciudades. Son animales inteligentes y oportunistas, capaces de aprender rápido dónde encontrar comida fácil y refugio. Cuando una especie con estas características se beneficia de cambios en el uso del suelo, ausencia de grandes depredadores y residuos humanos mal gestionados, el resultado es la sobreabundancia.
El riesgo sanitario que ha encendido las alarmas
La peste porcina africana ha añadido una capa de gravedad a un problema que ya era serio. Esta enfermedad no afecta a las personas, pero es letal para cerdos domésticos y jabalíes y, si entra en zonas de alta concentración porcina, puede provocar un auténtico terremoto económico y sanitario. Por ello se ha reforzado la vigilancia sobre jabalíes y cerdos en varias comunidades, con especial atención a aquellas donde se han detectado focos en la fauna silvestre.
La detección de animales infectados en áreas periurbanas, próximas a grandes ciudades, ha sido un toque de atención contundente. La movilidad de los jabalíes, la elevada densidad de población y el contacto indirecto entre fauna salvaje y granjas intensivas forman un cóctel peligroso.

Ante este escenario, varias comunidades autónomas han intensificado sus medidas. Regiones como Extremadura, Aragón, Castilla y León o la Comunidad Valenciana están revisando sus planes de control, flexibilizan periodos hábiles de caza y diseñan actuaciones específicas en zonas de riesgo.
En paralelo, se refuerzan los protocolos de recogida y análisis de animales abatidos y se mejora la coordinación con los servicios veterinarios. Son decisiones comprensibles en un contexto de urgencia, pero también evidencian que durante años se ha permitido crecer a las poblaciones sin una estrategia de gestión a largo plazo.
Qué hacen las CC.AA. para frenar la expansión
En Extremadura, el Consejo Extremeño de Caza ha acordado elaborar un plan específico para reducir la población de jabalíes tanto en el campo como en zonas periurbanas. El objetivo es consensuar con el sector cinegético qué herramientas usar y cómo coordinarlas para que el control sea eficaz y asumible para los cotos.
En Aragón, el Gobierno autonómico ha convocado a un Comité de Expertos en el que participa la Federación Aragonesa de Caza. La prioridad es analizar la evolución del foco de peste porcina africana y consensuar mejoras en el plan de prevención. Solo en un fin de semana reciente se han abatido alrededor de 3.000 jabalíes, una cifra que ilustra la intensidad del esfuerzo de control.
Castilla y León aprobará nuevas medidas para flexibilizar aún más la caza del jabalí. Este animal está sujeto a una declaración de emergencia cinegética al amparo de la Ley de Caza de 2021, lo que permite ampliar periodos, modalidades y zonas de caza para rebajar la presión poblacional. Sobre la mesa está mantener esa flexibilidad mientras la población se mantenga en el entorno de los 250.000 ejemplares y las capturas anuales superen las 52.000 piezas.

En la Comunidad Valenciana, el Consell tiene preparado un Decreto Ley que prevé ayudas directas a los titulares de cotos de caza. Entre las medidas destacan una aportación de 40 euros por cada jabalí cazado y retirado del medio natural, con la idea de incentivar un control más intenso allí donde la caza resultaba poco rentable. Además, se ha encargado de urgencia a la empresa pública VAERSA la puesta en marcha de un servicio específico de recogida de animales abatidos.
Todas estas actuaciones tienen un denominador común, y es que reconocen que la sobrepoblación de jabalíes y el riesgo de peste porcina africana ya no se pueden gestionar solo con la inercia de la caza tradicional. Sin embargo, son planes de choque que, si no se integran en una estrategia a largo plazo, corren el riesgo de quedarse en respuestas puntuales a una crisis concreta.
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