Detectan "bolas de fuego" en un radar de rayos y... ¡eureka!

El 2022 comenzó con el cielo iluminado en Pittsburgh, Pensilvania, y no fue por culpa de los fuegos artificiales. Una enorme bola de fuego colisionó con la Tierra sin ser previamente detectada.

Bólidos en el cielo
Bólidos detectados en el espacio por el Geostationary Lighninng Mapper (GLM). Imagen de la NASA, Earth Observatory.

En el cielo de la ciudad estadounidense de Pittsburgh ocurrió algo increíble el día de Año Nuevo. El 2022 comenzó con un fuerte estruendo que llegó a atemorizar a los vecinos. La culpa la tuvo una enorme bola de fuego -un meteorito- que viajaba a 45.000 millas por hora (72.420,48 kilómetros por hora) y entró en contacto con nuestro planeta.

El estruendo de un meteorito

Esta noticia, digna de una película de Hollywood, fue analizada el pasado 27 de enero en la web oficial de la NASA. El cuerpo rocoso que provocó cientos de llamadas al 911 fue, por un momento, más brillante que el planeta Venus. Cuando explotó en la atmósfera lo hizo liberando energía equivalente a una explosión de TNT de 30 toneladas.

El meteorito medía, según los científicos, una yarda de ancho que equivale a 0,91 metros y pesaba alrededor de media tonelada. Jeffrey C. Smith, científico de datos del Instituto SETI e investigador de la NASA Ames, explica que se detectan alrededor de un par de bólidos al año y que sus explosiones tan solo duran una fracción de segundo.

Un nuevo a inesperado detector de bólidos

Recientemente, unos científicos han descubierto un detector de bólidos rápido. En 2018, Peter Jenniskens y sus compañeros de SETI y de la NASA Ames, descubrieron que el geoestacionario Lightning Mapper (GLM) a bordo del satélite meteorológico GOES-16 de la NOAA podría tener otro tipo de uso, además de monitorizar rayos y tormentas que es su misión original. Con el GLM se pueden detectar bólidos desde 1 centímetro hasta 3 metros de ancho y observar los destellos fugaces que producen.

Desde este descubrimiento, Smith y su equipo comenzaron a desarrollar un algoritmo para que se detectara automáticamente los bólidos facilitados por el GLM, incluida su intensidad y trayectoria. Estos datos resultan muy útiles para modelar cómo los asteroides ingresan en la atmósfera y evaluar un posible riesgo.

Bólido
Cada año nos visitan numerosos bólidos. Ahora los expertos quieren poder monitorizarlos en tiempo real a través de detectores de rayos.

Más eficaces que los observadores terrestres

Los satélites geoestacionarios detectan eventos en áreas remotas que los observadores terrestres pasan por alto. Las órbitas de los satélites GOES permiten monitorear el hemisferio occidental desde los 55 grados de latitud norte hasta los 55 grados de latitud sur.

Los datos recogidos por el algoritmo informático son previamente revisados por los trabajadores antes de ser agregados a la base de datos. Aunque según dicen los investigadores de la NASA, el ordenador se está convirtiendo en una herramienta bastante eficaz.

Ahora mismo, el objetivo principal es mejorar la precisión de tal modo que no se requiera de un equipo humano para terminar el proceso. De esta manera, se podrán publicar los datos automáticamente un minuto después de que ocurran eventos de esta magnitud.