El Niño, la Niña y la FAO

La ONU quiere un mayor esfuerzo frente al impacto de El Niño en África, Asia y el Pacífico

Hay más de 60 millones de personas ya afectadas y muchas otras amenazadas por las posibles consecuencias de La Niña

6 de Julio de 2016, Roma – Los gobiernos y la comunidad internacional deben intensificar con urgencia sus esfuerzos conjuntos para evitar más sufrimiento humano, fortalecer la resiliencia y salvaguardar los medios de subsistencia tras los efectos devastadores de El Niño en todo el mundo, aseguraron hoy los responsables de diversos organismos de la ONU.

Se calcula que más de 60 millones de personas en todo el mundo -cerca de 40 millones solo en África oriental y austral- padecerán inseguridad alimentaria debido al impacto del fenómeno climático de El Niño.

Los responsables de los tres organismos de la ONU con sede en Roma instaron además a una mayor preparación para hacer frente a la posible aparición a finales de este año de otro evento climático -La Niña-, estrechamente relacionado con el ciclo de El Niño, que ya ha tenido graves consecuencias sobre la agricultura y la seguridad alimentaria.

El Cuerno de África, África austral, el Corredor Seco Centroamericano, las islas del Caribe, el Sudeste asiático y las islas del Pacífico han sido las regiones más afectadas.

Los científicos predicen ahora una probabilidad creciente de la llegada del fenómeno climático opuesto, La Niña. Este nuevo evento aumentará la probabilidad de precipitaciones superiores a la media e inundaciones en las zonas afectadas por la sequía originada por El Niño, mientras que, de forma inversa, será más probable que haya sequías en zonas que resultaron inundadas debido a El Niño. La ONU estima que si no se toman las medidas necesarias, la cifra de damnificados por el impacto combinado de El Niño y La Niña podría superar los 100 millones de personas.

Para coordinar las respuestas a estos retos y movilizar a la comunidad internacional en apoyo a los gobiernos afectados, los organismos de la ONU y sus socios se reunieron hoy en la sede en Roma de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La reunión contó con la participación del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Estuvieron presentes igualmente el Ministro en la Oficina del Primer Ministro de Lesotho, Kimetso Henry Mathaba, el Ministro de Ganadería, Silvicultura y Pastizales de Somalia, Said Hussein Iid, y la Ministro de la Administración Pública, Trabajo y Bienestar Social de Zimbabwe, Priscah Mupfumira. Entre los oradores principales destacaron el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, y el Enviado especial de la ONU para El Niño y el Clima, Embajador Macharia Kamau.

Los participantes indicaron que se requieren casi 4 000 millones de dólares EEUU para atender las necesidades de ayuda humanitaria de los países afectados por El Niño, y que casi el 80 por ciento de estos fondos están destinados a apoyar la seguridad alimentaria y las necesidades del sector agrícola.

Los reunidos pidieron actuar para restablecer los medios de vida agrícolas que han resultado gravemente dañados por las sequías asociadas con El Niño. Actuar ahora garantizará que los campesinos cuenten con un nivel suficiente de insumos agrícolas para las próximas temporadas de siembra.

Por otra parte, la FAO, el FIDA y el PMA están redoblando esfuerzos para mitigar los impactos negativos y aprovechar los aspectos positivos de un probable fenómeno de La Niña en los próximos meses. Ello implica actuar con decisión para prepararse ante lluvias superiores a la media en algunas zonas y posibles condiciones de sequía en otras.

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, advirtió que el impacto de El Niño en los medios de vida agrícolas ha sido enorme, y que con La Niña en puertas, la situación tiene visos de empeorar.

"El Niño ha causado básicamente una crisis alimentaria y agrícola", dijo Graziano da Silva, anunciando que la FAO movilizará por tanto nuevos fondos adicionales para "poder centrarse en la acción temprana preventiva, en particular en la agricultura, alimentación y nutrición, para mitigar los impactos de los eventos previstos y fortalecer la capacidad de respuesta de emergencia a través de inversiones específicas en la preparación".

Movilizar ahora recursos para actuar con rapidez puede salvar vidas y minimizar el daño, al tiempo que se reducen los costes en el futuro, aseguró por su parte la Directora Ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin.

"El enorme impacto de este evento global de El Niño, agravado por la pobreza persistente y el hambre crónica en muchos países, amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas que son las menos capaces de defenderse", dijo Cousin.

"Las explotaciones agrícolas se han echado a perder, se han esfumado oportunidades de trabajo y los alimentos nutritivos se han hecho cada vez más inaccesibles para muchas comunidades", aseguró, añadiendo: “pero no son inevitables las nuevas crisis humanitarias si invertimos en apoyar a las comunidades y les damos las herramientas y habilidades que necesitan para soportar los impactos relacionados con el cambio climático".

La Vicepresidenta adjunta del FIDA, Lakshmi Menon, recordó a su vez a la comunidad mundial que no debe olvidarse de los pequeños campesinos, que son los más vulnerables a estos fenómenos meteorológicos extremos.

"Los pequeños agricultores de las zonas rurales –dijo- se ven afectados de forma desproporcionada por estos eventos climáticos extremos, debido a que muchos de ellos dependen de la agricultura de secano como medio de subsistencia, y no tienen capacidad de recuperarse frente a los impactos. Es necesario invertir para que tengan resiliencia a largo plazo, de forma que cuando aparezcan los próximos ciclos de el Niño y la Niña, estén mejor preparados y puedan seguir produciendo alimentos para sus familias".

El Enviado Especial de la ONU para El Niño y el Clima, Macharia Kamau coincidió en que estos eventos extremos “ejercen presión sobre comunidades ya de por sí vulnerables, amenazando con socavar los logros del desarrollo de las últimas décadas y dificultan la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

Kamau señaló que la comunidad humanitaria -en colaboración con gobiernos y autoridades regionales- ha desarrollado diversos planes para responder al actual evento de El Niño, planes que son multisectoriales y requieren una financiación previsible y a más largo plazo, a fin de garantizar que implementan de forma completa.

Responder a El Niño, prepararse para La Niña

La sequía ha devastado grandes extensiones de África oriental y meridional, y también ha golpeado a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Vietnam, mientras que las tormentas asociadas a El Niño han arrasado las cosechas en Fiji y algunos de sus estados insulares vecinos.

Los participantes en la reunión de hoy señalaron no obstante que en África austral existe una "ventana de oportunidad" de tres meses antes de que comience la temporada de siembra de 2016/17 y que se necesitan con urgencia las intervenciones adecuadas -incluyendo distribuciones de insumos agrícolas- para evitar la dependencia de millones de familias rurales de los programas de ayuda humanitaria hasta bien avanzado 2018.

En el Sudeste asiático, la sequía y la intrusión de agua salada están amenazando los medios de subsistencia de los agricultores de Viet Nam y afectando también gravemente la seguridad alimentaria de los hogares y la disponibilidad de efectivo. Al acercase rápidamente la temporada del monzón, la mayoría de los campesinos tienen que comprar insumos para sus próximas labores agrícolas y ganaderas. Mientras que en la región del Pacífico, los Estados Federados de Micronesia, las Islas Marshall y Palau ya han declarado el estado de emergencia y se prevé que continúen las lluvias por debajo de la media el Pacífico norte y oeste, amenazando los medios de vida y el bienestar de 1,9 millones de personas.

Trabajando juntos

La labor de la FAO

En África austral, la FAO está apoyando a más de 50 000 familias -incluyendo en Zimbabwe- con piensos de supervivencia para el ganado y semillas de sorgo y caupí resistentes a la sequía, y en Malawi, mediante la vacunación de ganado menor y la distribución de cereales resistentes a la sequía y el apoyo al regadío. En Lesotho y Mozambique, la FAO se ha ocupado de fortalecer la capacidad nacional de respuesta y apoyar la coordinación.

En el Cuerno de África, en colaboración con gobiernos, ONG y otros organismos de la ONU, la FAO coordina las intervenciones relacionadas con la sequía, aportando insumos agrícolas, ayudando a rehabilitar infraestructuras hídricas y la sanidad y producción pecuaria, y realizando tareas de vigilancia y control de las enfermedades de plantas y animales.

En la región de Asia y el Pacífico, la respuesta de la FAO ante El Niño incluye una evaluación detallada de la situación en Viet Nam, donde también se encuentra preparada para distribuir semillas y aperos agrícolas de emergencia. En Fiji, la FAO aporta actualmente ayuda de emergencia a 1 050 hogares como parte de la respuesta al ciclón Winston. Además, trabaja con sus socios en Papúa Nueva Guinea para apoyar a las familias campesinas en las provincias más afectadas con semillas resistentes a la sequía y material de riego inteligente (como los sistemas de riego por goteo). En Timor-Leste, la FAO distribuye semillas de maíz y de cultivos de cobertura adicionales a los agricultores afectados por El Niño.

La labor del FIDA

Crear resiliencia climática ante la sequía y otros fenómenos meteorológicos extremos es una prioridad en los proyectos apoyados por el FIDA, ayudando así a las familias vulnerables a hacer frente al impacto de El Niño. Por ejemplo, los sistemas de riego en pequeña escala han ayudado los campesinos en Etiopía a ser menos dependientes de los cultivos de secano. A esto se suma la formación en el uso más sostenible de los recursos hídricos, técnicas de recolección de agua y rehabilitación de suelos degradados. En el delta del Mekong en Viet Nam, los proyectos apoyados por el FIDA están ayudando a los agricultores a acceder a variedades de arroz tolerantes a la sal y a diversificar sus fuentes de ingresos con la acuicultura en pequeña escala, para que no dependan exclusivamente del arroz y tengan recursos durante las temporadas de sequía.

La labor del PMA

El Programa Mundial de Alimentos ha ampliado rápidamente sus operaciones de socorro para ayudar a las comunidades frente a las consecuencias de El Niño, suministrando alimentos de emergencia en caso necesario o dinero en efectivo para comprarlos en los mercados que están operativos. En Etiopía, más de 7,6 millones de personas han recibido ayuda alimentaria del PMA y otras más de 200 000 también contaron con transferencias de efectivo.

En Swazilandia, el PMA ha puesto en marcha una distribución de emergencia de alimentos y en Lesotho ha comenzado con transferencias de efectivo. En Malawi, ampliará su nuevo programa de ayuda alimentaria en la temporada de carestía, que llegará a más de 5 millones de personas en noviembre. En Papúa Nueva Guinea, reciben ayuda alimentaria más de 260 000 beneficiarios afectados por la inseguridad alimentaria relacionada con El Niño.

Siempre que es posible, en las respuestas de emergencia se integran iniciativas de creación de resiliencia. En Zimbabwe, un programa piloto de producción de cereales con apoyo del mecanismo de financiación FoodSECuRE capacita a los pequeños campesinos en agricultura climáticamente inteligente y el uso de granos resistentes a la sequía.

La Iniciativa R4 (Resiliencia rural y gestión de riesgos) ha aportado fondos a las familias campesinas afectadas por El Niño en Etiopía, Malawi y Senegal. El PMA trabaja también en estrecha colaboración con el consorcio de seguros African Risk Capacity (ARC) para reducir el coste de la respuesta a los desastres antes de que se conviertan en crisis humanitarias.

Fuente: FAO

Esta entrada se publicó en Noticias en 06 Jul 2016 por Francisco Martín León