El fin de semana pasado, 17, 18 y 19 de agosto de 2018, se han cerrado varias playas de Castellón por la presencia de la bacteria E.coli en las aguas del Mediterráneo, desde Oropesa, Cabanes y Benicàssi, e incluso Peñíscola. Y el tiempo ha sido nuevamente el culpable, o el chivo expiatorio, de todo ello.