El calor funde la nieve en España: ¿qué estaciones de esquí están abiertas?

Los deportes de invierno son una de las actividades más afectadas por las condiciones meteorológicas, por no decir que la más. Su desarrollo depende de forma directa de las temperaturas, de la nieve caída y de las condiciones meteorológicas del momento. Lamentablemente, el arranque del año ha sido verdaderamente malo.

El peor invierno para el esquí en mucho tiempo

Aunque aún estamos en el inicio de febrero, este año 2024 ya está catalogado por muchos como muy negativo para el esquí en la Península Ibérica. El inusual calor que ha hecho estas últimas semanas ha obligado a cerrar estaciones. En la última quincena de enero, la superficie con nieve en España pasó de 15.300 a 3.900 kilómetros cuadrados, según los informes de evolución de recursos nivales. Una situación bastante desfavorable para todos los negocios dedicados al comercio de la nieve.

Como es lógico, para que las estaciones de esquí funcionen a la perfección tiene que nevar. Muchas estaciones retrasaron su apertura porque la nieve llegó tarde, y tras una inauguración tardía, la segunda parte de la temporada de esquí 2023-2024 ha obligado al cierre de muchas.

Las condiciones de frío y nieve han sido inexistentes ante este escenario más bien primaveral que ha batido más de 80 récords en pleno enero. En Villablino, la localidad de referencia de Leitariegos, se registraron 20,4 ºC durante la última semana de enero.

¿Qué estaciones siguen en pie?

Si miramos los mapas de las estaciones de esquí cerradas en España, la imagen es muy triste. La última nevada importante la trajo la borrasca Juan, que incluso dejó nieve en zonas alejadas de montaña y en cotas más bajas. Desde entonces, la situación no se mantuvo ni mejoró.

El Pirineo catalán mantiene todas sus estaciones abiertas aunque no en su totalidad. Muchas de ellas están esperando a los próximos días a ver si la borrasca Karlotta cambia un poco el escenario. Baqueira Beret es una de las que mejor está, con un espesor de más de 100 centímetros de nieve y alrededor de 100 kilómetros abiertos. Mucho mejor que Vallter, con apenas 3 kilómetros esquiables y menos de 30 centímetros de nieve.

En el Pirineo aragonés más de lo mismo, todas abiertas pero con muy poca superficie esquiable. En Candanchú, por ejemplo, tan solo se disponen de 10 kilómetros esquiables de los 50 que tiene la estación. Luego, en Panticosa la situación es mucho peor, 25 centímetros de nieve dura y solo 7 kilómetros abiertos.

En la Cordillera Cantábrica, el escenario es muy diferente. Tan solo San Isidro sigue abierta y cruzando los dedos para que cambie el escenario meteorológico en los próximos días. Esta estación mantiene el 1 % abierta para los amantes del esquí, el resto o están cerradas o disponibles para uso turístico.

Las estaciones de esquí del Sistema Ibérico y del Penibético también se salvan. Sierra Nevada, por ejemplo, tiene alrededor de 50 kilómetros abiertos. En el Sistema Ibérico muchas estaciones se han salvado de milagro. Valdezcaray por ejemplo tiene 0,7 kilómetros abiertos de pista de los 22,35 que tiene.

Aquí, en esta zona, la única que está cerrada es el Punto de Nieve Santa Inés. Y por último, las pistas de esquí del Sistema Central no han tenido la misma suerte y todas están cerradas.

¿Cuál es la previsión?

La retirada de la dorsal anticiclónica por el Mediterráneo permite que la Península y Baleares queden desprotegidas ante la llegada de borrascas atlánticas y descuelgues en altura. La borrasca Karlotta, situada en el Atlántico, traerá en las próximas horas nieve en las cotas más altas, frío y lluvia generalizada.

Lo interesante para las pistas de esquí llegará el fin de semana, donde hablaremos de nuevas nevadas en zonas de montaña. Los espesores podrían ser significativos en los Pirineos, si la previsión se cumple de aquí al sábado y se produce la ciclogénesis en el noreste peninsular. En el resto de las principales cordilleras también nevaría, pero con menores grosores.