¿Caerá toda la nieve pendiente en España en la recta final del invierno? Siguen los cambios en los mapas meteorológicos

Coincidiendo con los últimos días del invierno climatológico, las borrascas desfilarán por el centro y norte de Europa arrastrando masas de aire frío hasta España. Las temperaturas bajas podrían persistir durante muchas jornadas.

Nieve en Madrid
Las nevadas podrían ser noticia en las próximas semanas tras un invierno que muchas veces se ha mostrado primaveral.

Comienzan a verse cambios en los pronósticos a medio plazo en España. Los modelos meteorológicos ya no muestran un panorama tan desolador para las próximas semanas en lo que respecta a frío y precipitaciones. De voltearse esta situación pronto, la naturaleza y los deportes de invierno tendrán una última oportunidad para ponerse al día, aunque el lastre que llevan es importante.

Nuestros mapas de referencia en Meteored anticipan un periodo con temperaturas normales o incluso más frías de lo habitual, salvo en zonas de costa. El océano Atlántico y el mar Mediterráneo tienen un excedente de calor que podría suavizar las temperaturas en el litoral español.

"A partir del martes el chorro polar bajará de latitud, apuntando directamente hacia la Península, por lo que empezarán a llegar frentes bastante activos desde el Atlántico. También el viento del oeste o del noroeste arreciará, así el ambiente será desapacible".

Samuel Biener, experto de Meteored.

El modelo europeo ve un cambio de mes caracterizado por las altas presiones sobre las Azores y las bajas conectando a Islandia con el Mediterráneo. Ese tablero supondría la entrada de vientos del noroeste a la península y a Baleares de procedencia polar marítima, y no se podría descartar alguna pulsión ártica. Esto traería masas de aire de regiones frías, radicalmente opuestas a las que han estado alimentando a este no-invierno en España, que en general han sido subtropicales.

En este lapso de tiempo las precipitaciones parece que se concentrarían en Galicia, la vertiente cantábrica y Pirineos. Allí, con el frío disponible, las nevadas podrían ser protagonistas. En el resto del país todo apunta a un final de febrero y comienzo de marzo aún secos.

"La procedencia marítimo polar de la masa de aire que puede afectarnos facilitará que la nieve aparezca en zonas altas, si bien la elevada temperatura del Atlántico dificultará que esa cota de nieve alcance zonas bajas, los acumulados con este tipo de situaciones pueden ser especialmente importantes en zonas de alta montaña del interior y norte".

Víctor González, experto de Meteored.

Marzo podría traer numerosas borrascas

Si miramos un poco más adelante, los mapas para gran parte del mes de marzo apuestan por una situación fría e inestable. Las altas presiones antes citadas parece que se retirarán hasta lindar con Terranova y se baraja que otras nuevas acaben al este de Escandinavia. Entre unas y otras, las borrascas podrían circular de norte a sur y de oeste a este dejando un ambiente frío en las islas británicas y en el oeste de Europa, quizá con un reguero de nevadas en cotas no demasiado altas, aunque esto ya es mucho suponer.

Tiempo de marzo
El modelo europeo anticipa un mes de marzo con predominio de las altas presiones en la zona de Islandia y de las bajas en el sur de Europa.

Evidentemente, hablamos de nevadas porque habría precipitaciones. Nuestros mapas de referencia las prevén por encima de la media a mediados de marzo, y para entonces sí en gran parte del país.

Esta previsión no caerá de pie en Valencia con las Fallas de por medio, pero allí deben considerar dos cosas: la primera es que queda un mundo y los pronósticos pueden cambiar; la segunda, que la prosperidad de muchas comunidades, entre ellas la valenciana, pasa por que llueva. Lo ideal sería que lo hiciera respetando las fiestas, ahí estamos todos de acuerdo.

Un calentamiento súbito estratosférico podría alterar la predicción

Diferentes instituciones, centros de investigación y expertos llevan días vigilando las temperaturas del vórtice polar ártico, ubicado en la estratosfera. También los vientos. Desde mediados de esta semana, las temperaturas en esa región están subiendo drásticamente, a partir de los 6 kilómetros de altitud y hasta los 50. La explicación a ese ‘marcaje’ está en la teoría, cada vez más consolidada, de que esos cambios en las temperaturas y el viento de allá arriba a veces tienen efectos en la troposfera, que es donde tienen lugar los fenómenos meteorológicos que notamos.

Ya hubo un calentamiento súbito estratosférico en enero, pero ahora se está produciendo otro que, según algunos especialistas en la materia, podría ser más extremo. Por ahora no ha superado a su predecesor, pero parece que será suficiente para ralentizar mucho el viento del vórtice polar estratosférico y esto podría derivar en un troposférico más ondulado, con invasiones de aire frío en latitudes medias.

Veremos si el proceso concluye y qué zonas son las más afectadas, parece que ahora mismo tiene más papeletas Europa occidental que la oriental.