Según el saber popular, ¿qué tiempo hará en noviembre?

La predicción estacional de la AEMET apunta a que este mes va a continuar siendo más seco y más caluroso de lo normal pero, ¿qué nos predice el saber popular? El refranero al habla.

Portada de La Vanguardia haciendo referencia a la nevada en Barcelona del 21 de noviembre de 1999. Foto: Xavier Gómez.

En la circulación general atmosférica, lo normal en nuestras latitudes es que nos encontremos una alternancia de períodos con altas y bajas presiones, predominando un movimiento en el sentido de los paralelos terrestres, es decir, de oeste a este.

Circulación meridiana

Pero hay momentos en los que el estancamiento de un anticiclón provoca la interrupción, durante más o menos tiempo, de esta circulación e inicia un movimiento norte/sur, que es conocido con el nombre de circulación meridiana.

Otro punto a tener en cuenta en la realización de una predicción es conocer lo sucedido “antes” del momento al que vamos a referirnos. En el caso que nos ocupa, venimos de un período variable entre las distintas zonas de la Península, de entre 7 y 10 días de escasas precipitaciones y temperaturas elevadas para la época del año en la que nos encontramos.

Así que teniendo en cuenta todos estos factores ¿qué nos puede deparar noviembre?

Por los Santos nieve en los altos…

Este refrán es uno de los más conocidos y nos avisa de la llegada de precipitaciones, que con temperaturas más bajas “a primeros de noviembre, tu fuego enciendes” pueden dar lugar a las primeras nevadas importantes en las zonas montañosas.

Durante este mes la insolación continúa disminuyendo, se pierden 61 minutos de luz solar “por San Andrés (día 30), todo el tiempo noche es”, y las temperaturas siguen descendiendo, así que al aproximarnos el final de noviembre las posibilidades de nevadas aumentan, “por Santa Catalina (el 25), la nieve se avecina” y finalmente podemos terminar el conocido refrán con el que empezábamos esta sección “…; por San Andrés en los pies”.

San Martín de Tours, 11 de noviembre

Supuestamente este santo, legionario romano, tiene una leyenda en la que partió su capa en dos para cubrir a un mendigo desnudo y muerto de frío. Dios recompensó al Santo enviando unos días agradables para “capear” el frío del invierno.

Así que entre irrupción e irrupción de bajas presiones deberíamos tener un período, mayor o menor de días, algo más estables, en los cuales las precipitaciones escasean y los valores térmicos se recuperan algo, “el veranillo de San Martín dura tres días y ¡fin!”.

Aunque viendo la trayectoria de este año es posible que este tiempo más estable se prolongue algo más y que podamos llegar a Santa Isabel de Hungría, cuya celebración es el día 17, “de San Martín a Santa Isabel veranillo es”.

De una manera o de otra al finalizar noviembre se debería retomar el clásico tiempo otoñal, con más inestabilidad y un nuevo descenso térmico que nos lleve ya hacia el invierno que se está aproximando, “por San Martino, el invierno viene de camino, si le dices detente, pega por San Clemente (día 23); más aunque venga retrasado, por San Andrés ya ha llegado”.