El “destello cósmico”: el breve lapso en el que los científicos podrían detectar vida extraterrestre
Una pregunta constante en el espacio siempre es la misma: ¿existirán otras formas de vida en el universo? La respuesta probablemente sea sí, pero podrían ser detectables solo por breves instantes.

Basta con contemplar el magnífico cielo estrellado que nos envuelve cada noche para comprender la inmensidad del universo, la cantidad de estrellas que lo pueblan y las innumerables posibilidades de que existan mundos habitados.
A lo largo de los años, se han descubierto más de 6000 exoplanetas, y muchos más están aún por descubrir. Sin embargo, todavía no hemos encontrado ni la más mínima señal de civilizaciones alienígenas, por lo que es natural preguntarse por qué.
Existen numerosas hipótesis para responder a esta pregunta, y recientemente se ha añadido una, recogida en un artículo del astrónomo Michael Garrett, colaborador del JBCA (Centro Jodrell Bank de Astrofísica) de la Universidad de Manchester y la Universidad de Leiden.
La probabilidad de contacto extraterrestre está disminuyendo
En este trabajo, Garrett reexamina algunas teorías del renombrado astrónomo y astrofísico Carl Sagan, uno de los mayores exponentes del siglo XX en estos campos.
"Our posturings, our imagined self-importance, the delusion that we have some privileged position in the Universe, are challenged by this point of pale light."
— Saganism (@Saganismm) November 8, 2025
Carl Sagan pic.twitter.com/uTimXLPakb
Según Sagan, una de las dificultades en la búsqueda de civilizaciones extraterrestres es lo que él denomina el "horizonte de comunicación", es decir, que a medida que una civilización alienígena avanza, su tecnología se vuelve demasiado sofisticada para que podamos detectarla.
Con nuestra tecnología actual, podemos captar señales de radio potentes incluso a cientos de años luz de distancia, pero eso no significa necesariamente que una hipotética civilización alienígena utilice este tipo de señal. Quizás el progreso tecnológico les haya permitido comunicarse mediante neutrinos, en cuyo caso aún no podremos interceptar esta señal.

Naturalmente, tendemos a imaginar el cosmos basándonos en el conocimiento actual, según las leyes físicas, químicas y matemáticas que hemos descubierto que se aplican en la Tierra. Pero si razonáramos de forma absurda, podría existir un mundo donde rijan otras leyes completamente inimaginables para nosotros.
Las ideas de Sagan se formularon en la década de 1970, antes del auge tecnológico de las últimas décadas. Por lo tanto, estábamos lejos incluso de imaginar el progreso que vendría después.
Sagan planteó la hipótesis de que una civilización tardaría unos mil años en progresar más allá de nuestros límites de observación, pero esto se basaba en el ritmo de avance de la civilización humana en aquel entonces, la década de 1970. Ahora, sin embargo, el ritmo del crecimiento tecnológico se ha acelerado enormemente, por lo que incluso las estimaciones de Sagan ya no serían válidas.
Pensemos en cómo la inteligencia artificial se ha integrado en nuestra vida cotidiana en tan poco tiempo y de una forma tan disruptiva. Los relatos escritos por Isaac Asimov entre 1940 y 1950, recopilados en la antología “Robots", ya no parecen ciencia ficción; son sumamente relevantes, incluso inquietantemente en algunos aspectos.
Quizás nunca lleguemos a vislumbrar otras civilizaciones
Si, por lo tanto, nuestra civilización se ha transformado tan drásticamente en menos de un siglo, es posible que en el futuro, incluso en un futuro cercano, se desarrolle una especie de superinteligencia artificial capaz de alcanzar un nivel increíble e inhumano.
NI RASTRO DE VIDA, DE MOMENTO, EN MARTE
— Astronomía Magazine (@astronomiamag) November 7, 2025
La ciencia avanza gracias a las pruebas, no a las palabras. Por eso sigue tan vigente la frase de Carl Sagan: «afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias» (...)
Revista N.º 317 (Noviembre 2025)
Sección: Astrobiología pic.twitter.com/SPhvxcrv7i
De esta manera, esta forma de inteligencia no biológica conduciría a un desarrollo tecnológico exponencial y, en consecuencia, reduciría drásticamente el horizonte de observación. Esta reducción resultaría en una probabilidad prácticamente nula de detectar especies alienígenas.
Por supuesto, esto es solo una teoría, por lo que su formulación no frenará en absoluto nuestros intentos por encontrar alguna otra civilización en los confines del universo.
Referencia de la noticia
Michael Garrett, Blink and you'll miss it --How Technological Acceleration Shrinks SETI's Narrow Detenction Window, https://doi.org/10.48550/arXiv.2509.23632
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