Unos científicos de España y Suecia desarrollan un sistema para eliminar metales pesados del agua usando microalgas

¿Puede un “filtro vivo” hecho con microalgas y residuos convertir la contaminación del agua en una oportunidad para una limpieza más sostenible? Esto es lo que proponen unos expertos en química de España y Suecia.

Agua contaminada
El cobre, el cadmio o el plomo pueden proceder de vertidos industriales o mineros, y su presencia es especialmente problemática en el agua

La contaminación del agua sigue siendo uno de los retos ambientales más difíciles de resolver, sobre todo cuando implica metales pesados. Elementos como el cobre, el cadmio o el plomo pueden proceder de vertidos industriales o mineros, y su presencia es especialmente problemática por su toxicidad y persistencia en el medio.

En este contexto, un equipo de investigación con participación de España y Suecia ha propuesto una alternativa biotecnológica que busca limpiar aguas contaminadas con un enfoque más sostenible.

Metales que no desaparecen

A diferencia de otros contaminantes, los metales pesados no se degradan con facilidad. Pueden permanecer durante largos periodos en el agua y los sedimentos, pasar a la cadena trófica y generar efectos acumulativos en organismos y ecosistemas. Por eso, su eliminación exige técnicas que sean eficaces, pero también estables y viables en el tiempo.

Los tratamientos convencionales pueden ser útiles, pero no siempre son ideales. Algunos requieren un alto consumo energético, otros generan residuos secundarios y en muchos casos su coste crece con rapidez cuando el volumen de agua a tratar es elevado. De ahí el interés por soluciones que reduzcan energía, reactivos y mantenimiento, sin sacrificar resultados.

Microalgas que capturan contaminantes

La propuesta se apoya en un recurso pequeño pero potente, las microalgas. Estos microorganismos fotosintéticos pueden crecer en distintos entornos y, en determinadas condiciones, son capaces de captar y retener sustancias nocivas presentes en el agua. La idea central del proyecto es aprovechar esa capacidad de “bioadsorción” para retirar contaminantes sin recurrir a tratamientos químicos agresivos ni a procesos altamente energívoros.

Algas
La idea central del proyecto es aprovechar esa capacidad de “bioadsorción” de las algas para retirar contaminantes

En particular, el sistema utiliza microalgas del género Chlorella, conocidas por su resistencia y por su potencial en aplicaciones ambientales. Su estructura celular puede favorecer la interacción con ciertos metales pesados, facilitando que queden retenidos y se retiren del agua.

Un “filtro biológico” con microalgas inmovilizadas

El sistema desarrollado se basa en inmovilizar las microalgas sobre un soporte sólido que actúa como un andamio para formar biopelículas. En vez de dejar a las microalgas libres en el agua, se fijan en una matriz que mejora su estabilidad y facilita el contacto con los contaminantes. Esto aporta una ventaja operativa clara: aumenta la superficie efectiva de trabajo y simplifica el uso del sistema en condiciones reales.

Este formato también ayuda a controlar el proceso. Al tener la biomasa fijada, la manipulación es más segura, el material puede colocarse en módulos de filtración y se reduce la necesidad de separar microalgas del agua una vez completado el tratamiento.

Residuos convertidos en solución

Uno de los rasgos más llamativos del método es el origen del material que sirve de soporte. En el trabajo se emplean residuos habituales, como aceite de cocina usado y azufre residual, para fabricar la matriz que sostiene a las microalgas. Con ello, la tecnología no solo se orienta a depurar agua, sino que incorpora un enfoque circular: transforma desechos en un recurso útil para un fin ambiental.

Investigadora en laboratorio
En el trabajo se emplean residuos habituales, como aceite de cocina usado y azufre residual

Esta lógica es relevante porque reduce la dependencia de materiales vírgenes y refuerza la sostenibilidad del sistema. En lugar de añadir una nueva carga ambiental a la cadena de tratamiento, se busca que el propio diseño contribuya a minimizar impactos.

Resultados prometedores y capacidad de reutilización

Los ensayos descritos por los investigadores apuntan a un rendimiento notable frente a ciertos metales pesados. En pruebas con agua contaminada, el sistema logra retirar en pocas horas una fracción muy alta de cobre y cadmio, y reduce también de forma significativa el plomo, aunque con una eficacia menor que en los otros dos casos. Esto sugiere que la interacción entre las microalgas y cada metal no es idéntica.

Además, el sistema destaca por su reutilización. El material puede regenerarse y emplearse en varios ciclos sin perder por completo su efectividad, un factor determinante para que la solución sea competitiva y escalable. En paralelo, esa regeneración abre la puerta a gestionar y, en algunos casos, recuperar los metales retenidos.

Referencia de la noticia

Leon-Vaz et al. (2025). Development of a microalgae-based sorbent supported on recycled waste copolymer for heavy metal removal from aqueous solutions. Green Chemistry.

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