Tu factura de la luz se dispara por un ladrón de calor invisible: tus ventanas. Pon solución por menos de 5 €

Tus ventanas pueden estar robándote calor sin que lo notes. Un aislamiento deficiente dispara la factura eléctrica y enfría tu casa. La buena noticia: existen soluciones muy eficaces y realmente económicas, fáciles de instalar y aptas para cualquier vivienda.

Si no logras mantener el calor en casa, probablemente el problema esté en el estado de las ventanas.

Mantener una vivienda caliente en invierno puede convertirse en un reto, especialmente cuando la factura de la luz se dispara. Lo que en muchos hogares se desconoce es que, en la mayoría de los casos, el problema no está en la calefacción, sino en las ventanas.

Hasta un 30 % del calor de una vivienda se pierde por un mal aislamiento en estos puntos de la casa, que son el “ladrón de calor” silencioso que trabaja día y noche sin ser detectado.

La buena noticia es que mejorar el aislamiento no requiere grandes reformas ni costosas inversiones. Con soluciones muy económicas es posible reducir notablemente las fugas de calor, evitar corrientes frías y optimizar el gasto energético.

Cómo aislar ventanas del frío

El objetivo de un buen aislamiento es evitar el intercambio térmico. Es decir, que el calor interior no escape y que el frío exterior no entre. Para lograrlo, conviene actuar en tres zonas clave de la ventana: marco, juntas y cristal.

  • Revisa las juntas: Con el tiempo, estas se endurecen o agrietan, dejando pasar aire. Una forma sencilla de comprobarlo es pasar la mano por los bordes en un día frío o acercar una vela para ver si la llama oscila.
  • Sella las filtraciones: Una vez identificados los puntos problemáticos, se pueden cubrir con burletes o masilla acrílica. En ventanas antiguas, colocar un aislante puede marcar la diferencia.
Colocando estores se crea una capa de aire adicional que actúa como aislante.
  • Añade barreras térmicas internas: Si tu vivienda no cuenta con doble acristalamiento, existen soluciones baratas para reducir la pérdida de calor. Por ejemplo, colocar cortinas térmicas o estores tipo “screen” —fabricadas con fibra de vidrio o poliéster y PVC— que añaden una cámara de aire adicional que actúa como aislamiento.

Guía práctica con métodos “low-cost” para evitar fugas de calor

Aquí tienes tres soluciones eficaces, rápidas de aplicar y aptas para cualquier bolsillo. Todas cuestan menos de 5 € por ventana en su versión más económica.

Burletes adhesivos

Fabricados normalmente de espuma, caucho o silicona, se colocan en el marco para cerrar los pequeños huecos por donde entra aire. Su precio oscila entre los 2 y 3 € por rollo, son fáciles de instalar y no necesitas herramientas.

Para instalarlos, limpia la superficie, corta la tira a la medida y pégala siguiendo el borde de la hoja de la ventana. En apenas unos minutos tendrás una ventana mucho más estanca y notarás la reducción de corrientes.

Los burletes adhesivos son una solución fácil y económica para evitar la fuga de calor en las ventanas.

Film aislante para cristales

Se trata de un plástico termo-retráctil que se fija al marco y crea una cámara de aire entre el film y el cristal, similar al efecto del doble acristalamiento.

Una de sus mayores ventajas es que aísla del frío, pero también del calor en verano. Cuesta entre 3 y 5 € y, una vez colocado, es casi invisible.

El modo de colocación también es muy sencillo: Fíjalo con la cinta adhesiva incluida en el kit, y aplica calor con un secador para tensarlo. La mejora térmica es notable y aguanta toda la temporada.

Cortinas térmicas

Aunque suelen costar más de 5 €, existen versiones económicas desde 8–10 € que pueden servirte para una habitación entera, por lo que el coste por ventana puede seguir siendo muy bajo.

Las cortinas térmicas, confeccionadas con materiales aislantes que regulan la temperatura, son ideales para ahorrar energía en los hogares.

Estas cortinas crean una barrera térmica eficaz, mejoran el confort en dormitorios y salones y, además, atenúan el ruido exterior.

Para maximizar su efecto, procura que cubran desde el techo hasta el suelo y que queden cerradas durante la noche.

Condensación: la señal de alarma de un mal aislamiento

Si tus ventanas amanecen mojadas por dentro, es un síntoma claro de que algo falla. La condensación se produce cuando el aire caliente y húmedo del interior toca una superficie fría: el cristal mal aislado.

La condensación en una ventana indica un aislamiento térmico deficiente, pudiendo causar moho a largo plazo si no se soluciona.

¿Qué indica esto? Pues que el vidrio está perdiendo calor rápidamente porque las juntas o el marco permiten el paso de frío, por lo que tu vivienda necesita mejorar el aislamiento urgentemente.

Porque, además de ser un indicador de gasto energético innecesario, la condensación favorece la aparición de moho, por lo que conviene actuar cuanto antes.

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