¿Qué son las 'horas frío' y por qué son tan importantes para ️los árboles frutales?

Los árboles frutales requieren un adecuado rango de “horas frío” para su floración y producción, algo que se consigue mediante la acumulación de frío durante su letargo o reposo invernal.

Horas frío frutales
Descubre la importancia de la acumulación de frío en árboles frutales.

Es muy común entre los agricultores de árboles frutales hablar de las llamadas “horas frío”, un término que muchas personas desconocen, pero que realmente juega un papel fundamental en el éxito para la producción de frutas.

Este fenómeno natural, que ocurre durante los meses del invierno, es esencial para el correcto desarrollo de muchas variedades de árboles frutales, desde manzanos hasta melocotoneros o almendros.

¿Qué son las horas frío?

En agricultura, las horas frío se refieren al número de horas consecutivas que una planta leñosa pasa a una temperatura inferior a cierto umbral, en este caso generalmente se consideran valores de entre 0 °C y 7 °C. Durante este período, las plantas frutales experimentan procesos fisiológicos que son vitales para su ciclo de crecimiento y la producción de frutos.

Estos son sus impactos en la floración y cuajado

La acumulación adecuada de estas horas frío es crucial para la dormancia invernal de los árboles frutales. Durante esta fase de dormancia o letargo, los árboles reducen por completo su actividad metabólica y se preparan para la temporada de crecimiento que seguirá en primavera.

Sin embargo, para muchas especies de árboles frutales, este letargo invernal sólo puede ser roto si se acumulan suficientes horas frío.

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Ejemplo de floración enérgica de un árbol frutal tras una buena acumulación de horas frío.

Con la llegada de la primavera, cuando las condiciones climáticas se vuelven más cálidas, los árboles responden a la acumulación adecuada de horas frío con una floración vigorosa. La falta de horas frío durante el invierno puede resultar en una floración deficiente o desigual, lo que puede afectar negativamente la producción de la fruta.

Variedades de árboles que necesitan “horas frío”

Es cierto que no todas las variedades de árboles frutales tienen las mismas necesidades de horas frío. Algunas de ellas son más tolerantes al calor y, por tanto, requieren menos acumulación de horas frío para romper la dormancia, mientras que otras son más exigentes.

El avellano es uno de los frutales que mayor cantidad de horas frío necesita para su correcta floración y producción, en concreto requiere un mínimo de 800 horas con una temperatura por debajo de 7,2 ºC.

Por ejemplo, los melocotoneros, nectarinos y almendros suelen necesitar un mayor número de horas frío que los cítricos. Además, otros frutales con necesidad de horas frío son la vid, los perales, los albaricoqueros o los manzanos, entre otros muchos.

Una adecuada gestión

Los productores de frutas deben tener en cuenta las necesidades específicas de horas frío de las variedades que cultivan al planificar sus labores agrícolas.

En aquellas áreas donde las horas frío son más limitadas, los agricultores pueden recurrir a técnicas como la selección de variedades más adaptables o el uso de sistemas de riego controlado para manipular las condiciones de frío durante el invierno.

El cambio climático y sus efectos en los frutales

El cambio climático plantea grandes desafíos en cuanto a la gestión de las horas frío en los árboles frutales. El aumento gradual de las temperaturas invernales puede reducir la acumulación de horas frío necesarias para romper la dormancia, lo que afecta la producción de frutas en regiones donde históricamente se han cultivado ciertas variedades.

Ante este grave problema climático, la investigación y el desarrollo de nuevas variedades, nuevos sistemas de cultivo y prácticas agrícolas más novedosas juegan un papel fundamental para garantizar la producción frutícola en nuestro país.

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Sistemas modernos de producción de fruta.

Se puede resumir por tanto, que las horas frío son un componente esencial del ciclo de vida de los árboles frutales, influyendo de manera directa en su floración, producción y, en última instancia, en la propia calidad de las frutas que producen.