¿Qué dice la ciencia sobre comer algo que ha caído al suelo? Te lo cuenta la farmacéutica Gemma Del Caño

Preparas un sándwich, le has puesto hasta pan integral y un poco de lechuga por el qué dirán y zas, acaba en el suelo. Nadie te ve, soplas un poco y para dentro. ¿Qué te dice la ciencia de esto?

bocadillo
Tu bocadillo acaba en el suelo. ¿Soplamos un poco y listo?

De pequeños nos han contado aquello de la regla de los cinco segundos: "si se te cae comida al suelo y lo recoges antes de los 5 segundos no pasa nada". Claro que sí, así de majas son las bacterias. El líder hace los honores: cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡atacad!

Algunos más aprensivos soplarán un poco, la sacudirán o retirarán las pelusas con la mano. Esto, desde luego, está muy bien desde el punto de vista de adquirir inmunidad, pero desde la seguridad alimentaria igual nos quedan algunos flecos sueltos. Que sí, que tú lo has hecho y no te ha pasado nada. Varias veces, incluso. Eh, bien por ti. Sigamos.

Si vas a hacer el mal, hazlo bien: sabiendo

Pensemos qué puede influir. Por ejemplo, quizás damos por hecho que el tiempo que permanece tu bocadillo en el suelo importa. Cuanto más tiempo, más bichejos se van a quedar en él. Sorprendentemente no influye tanto como creemos, en realidad depende del alimento. Luego volvemos a este tema, pero de ahí sale el segundo factor importante: cómo de sucio está el suelo.

Si estamos en la calle, nos podemos hacer una idea de lo que puede haber allí, ¿no? En casa podemos dar un poco más de tregua si hemos limpiado… y si al entrar nos hemos quitado los zapatos. No, no hace falta dejarlos fuera, pero sí es una buena idea quitárselos al entrar y calzarnos con zapatillas, así no meteremos en casa lo que traemos de fuera. Sin dramas tampoco, pero nunca está de más.

alfrombra
El material del suelo y lo sucio que esté influyen más que el tiempo que pasa el bocadillo en el suelo.

Otro de los requisitos para decidir si haces el mal con tu sándwich (según la ciencia) es el material del que está hecho el suelo. No es el mismo suelo con baldosa, de madera o en una alfombra.

El material del suelo y los ingredientes del sándwich influyen más que el tiempo que está en el sueño.

En sus ensayos, inocularon Salmonella en estos suelos y después tiraron un bocadillo de pan con mortadela. Después, calcularon la cantidad de bacterias que habían pasado al alimento. Aquí viene un descubrimiento interesante, resulta que la alfombra era la que menos bacterias trasfería al alimento, después las baldosas y, por último, la madera, que transfería hasta un 70% de las bacterias inoculadas.

Un segundo dato se refería al tipo de alimento, no se adherían las mismas bacterias a un trozo de pan que a la mortadela. Es bastante lógico, ¿verdad?

Así que tenemos que tener en cuenta: qué suelo sea, cómo está de limpio el suelo, el tipo de alimento y, no en primer plano, el tiempo que está en el suelo. ¡Ah! Pero se nos ha olvidado un último factor.

¿Te has lavado las manos antes de comerlo?

Diariamente tocamos infinidad de superficies contaminadas con muchísimas bacterias. Manipulamos dinero, el móvil, barandillas, compartimos boli… Cuanto te das cuenta de que estamos absolutamente rodeados de bacterias entra una sensación entre miedo y un “bueno, pues mira, todo me da igual ya”. Y es lógica, pero ya sabemos que: frente al miedo, conocimiento y sentido común.

manos sucias
No es necesario ver la suciedad para saber que es necesario el lavado de manos antes de comer un bocadillo. ¡Esto sí que es importante!

Higiene, lavado de manos, saber si vamos a estar (o se va a comer el bocadillo) con una persona que pertenezca a un grupo de riesgo (niños pequeños, mujeres embarazadas, personas mayores o inmunodeprimidos) y analizar el propio riesgo que nosotros queremos asumir.

Con esto, tomaremos nuestras propias decisiones y terminaremos con: bocadillo sí, bocadillo no, pero siempre, desde el mejor conocimiento que hasta ahora tenemos disponible.