Las dunas están devorando casas en Gran Canaria, los vecinos no dan crédito. ¿Qué está sucediendo?

La costa sur de Gran Canaria enfrenta un problema creciente: el avance imparable de la arena desde las Dunas de Maspalomas hacia los apartamentos cercanos. Te contamos el por qué de esta situación.

La preocupante expansión de la arena desde las dunas de Maspalomas hacia las viviendas circundantes constituye un problema de suma gravedad que demanda medidas inmediatas y efectivas.

Las dunas de Maspalomas, en la isla de Gran Canaria, son un paraje natural único en el archipiélago canario. Sin embargo, este ecosistema se encuentra en una situación crítica debido a la expansión de la arena hacia las casas que rodean el área protegida.

Las dunas son un ecosistema dinámico

Las Dunas de Maspalomas son un ecosistema dinámico, en constante movimiento. La acción del viento y las olas modifica la forma y la ubicación de las dunas, creando un paisaje único.

Sin embargo, este equilibrio natural se ha visto alterado por la construcción de casas y complejos turísticos en las inmediaciones de las dunas.

La expansión de la arena: causas y consecuencia

La expansión de la arena hacia las casas ha sido impulsada principalmente por dos factores: la creciente construcción de infraestructuras que interrumpen el flujo natural del viento y las olas, y una combinación de meses sin el mantenimiento adecuado junto con fuertes rachas de viento.

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Anteriormente, el Ayuntamiento tenía la autorización del Cabildo, responsable de la gestión de la reserva, para alejar periódicamente la arena más cercana al paseo costero, manteniendo así un equilibrio.

Sin embargo, esta práctica fue interrumpida hace aproximadamente 8 o 9 meses cuando el Cabildo revocó dicho permiso, lo que desencadenó una serie de consecuencias alarmantes.

Como resultado, las dunas traspasaron la frontera impuesta por la civilización hacia la avenida peatonal y los complejos de viviendas. Las implicaciones de esta invasión de arena son diversas y afectan tanto al ecosistema como a los residentes locales.

Además, puede tener un impacto negativo en la calidad del aire y del agua, y contribuir a la pérdida de biodiversidad en la zona.

Un problema sin soluciones fáciles

No existe una solución única para el problema de la expansión de la arena en Maspalomas. Se necesitan medidas a corto, mediano y largo plazo para proteger las dunas y las casas aledañas. Algunas de las medidas que se podrían tomar incluyen:

Restauración del ecosistema dunar

Replantación de vegetación autóctona, eliminación de infraestructuras que alteran el flujo natural del viento y las olas, y control de la erosión.

Protección de las casas

Construcción de muros de contención, instalación de sistemas de drenaje y revegetación de las zonas afectadas.

Sensibilización y educación ambiental

Concienciar a la población local y a los turistas sobre la importancia de proteger las dunas de Maspalomas.

Además, otro problema añadido es que no saben qué hacer con la arena que logran retirar, según los vecinos de la costa sur de Gran Canaria, no la quiere el vertedero, tampoco el punto limpio y no podemos devolverla a las dunas porque dicen que ya está contaminada, entonces ¿cúal es la solución?

Dunas de Maspalomas
Las construcciones se han extendido junto a un paraje natural único que está en constante movimiento.

    Un futuro incierto para las dunas de Maspalomas

    El futuro de las Dunas de Maspalomas depende de la acción conjunta de las administraciones públicas, los propietarios de las casas afectadas y la población en general. Si no se toman medidas urgentes, este ecosistema único podría desaparecer para siempre.

    La protección de las Dunas de Maspalomas es una responsabilidad de todos, y es necesario un esfuerzo conjunto para encontrar soluciones sostenibles a este problema y garantizar la supervivencia de este espacio natural de gran valor para las generaciones futuras.