La mayor nevada en las comunidades mediterráneas, con varias provincias sepultadas por la nieve
Durante las Navidades de 1926, una nevada excepcional cubrió el Mediterráneo español dejando ciudades aisladas, espesores históricos y uno de los episodios invernales más extremos jamás registrados.

Entre los días 23 y 27 de diciembre de 1926, España vivió uno de los episodios meteorológicos más extraordinarios del siglo XX. Coincidiendo con las celebraciones navideñas, una nevada excepcional cubrió amplias zonas del país y alcanzó de lleno a las comunidades mediterráneas, territorios poco habituados a este tipo de fenómenos.
No se trató de una nevada puntual, sino de un temporal persistente que se prolongó durante varios días, con frío intenso y precipitaciones continuas. Ciudades enteras quedaron aisladas, los servicios básicos se paralizaron y los espesores de nieve alcanzaron valores nunca antes observados.
Cuando el aire frío continental conquistó el Mediterráneo
El origen de este episodio se encuentró en una potente irrupción de aire polar - ártico continental que comenzó a afectar a la Península a partir del 23 de diciembre de 1926. Esta masa de aire extremadamente fría descendió desde el noreste de Europa y quedó confinada en nuestra geografía durante varios días.

En superficie, un anticiclón muy robusto se situó en latitudes altas de la Europa occidental, bloqueando la circulación atmosférica habitual. Al mismo tiempo, entre los días 24 y 27, una vaguada fría en altura se desplazó hacia el Mediterráneo occidental, favoreciendo la entrada de aire muy frío en todos los niveles de la atmósfera.
Esta configuración permitió que el frío se mantuviera de forma persistente, mientras los flujos húmedos de largo recorrido procedentes del Mediterráneo alimentaban las precipitaciones. Como consecuencia, la lluvia se transformó en nieve a cotas muy bajas, incluso en zonas costeras, dando lugar a un temporal invernal excepcional.
Provincias paralizadas por un manto blanco sin precedentes
Los mayores impactos se registraron entre los días 25 y 27, cuando las nevadas alcanzaron su máxima intensidad en las provincias del arco Mediterráneo. En la provincia de Alicante la nevada fue generalizada. En la ciudad de Alcoy, la nieve llegó a alcanzar entre 80 cm y 1 metros de espesor en las calles, provocando el cierre de fábricas y la incomunicación de la ciudad durante varios días.
#Torrevieja amanecía completamente nevada tal día como hoy, pero del año 1926. El 26 de diciembre de ese año se produjo una de las nevadas más importantes acontecidas en nuestro pueblo, dejando imágenes tan bonitas como estas. Una efeméride meteorológica preciosa. pic.twitter.com/VtYMIwr0za
— Proyecto Mastral (@ProyectoMastral) December 26, 2019
El 27 de diciembre, en el santuario de la Font Roja, a unos 1100 m de altitud, se midió un espesor histórico de 2,10 m de nieve, una cifra que quedó grabada en una placa conmemorativa y que aún hoy constituye uno de los mayores espesores documentados en el sureste peninsular. En localidades cercanas como Ibi, Villena, Sax, Elda y más al sur en Orihuela, tuvieron espesores cercanos o superiores al metro en puntos concretos.

En Murcia, la nevada alcanzó su punto álgido el 26 de diciembre, cuando la ciudad y su huerta quedaron cubiertas por un manto blanco que rondó el metro de espesor en algunas zonas, causando graves daños agrícolas y paralizando la actividad diaria. También se registraron nevadas significativas en el sur de Valencia, Castellón y el litoral de Almería durante esas mismas jornadas.
Casi cien años después, la Nevà Grossa de 1926 sigue siendo un recordatorio de la capacidad de la atmósfera para generar situaciones extremas incluso en regiones como la mediterránea. Aunque episodios de este calibre son poco frecuentes, la historia demuestra que no son imposibles.
No te pierdas la última hora de Meteored y disfruta de todos nuestros contenidos en Google Discover totalmente GRATIS
+ Seguir a Meteored