Existe otra Capilla Sixtina igual de espectacular que la de Roma y está en España, enclavada en una cueva

No hay que viajar muy lejos para descubrir grandes tesoros, pues en España tenemos muchos de ellos, algunos desconocidos para la gran mayoría. Hoy te descubrimos la que ha venido a llamarse "La Capilla Sixtina de la geología".

Cueva del Soplao
De visita obligada, este lugar es perfecto para perderse explorando pasillos y galerías vírgenes donde descubrir sus espectaculares formaciones geológicas.

Quizá muchos desconocían su existencia, pero la descubrieron de manera accidental unos mineros allá por el año 1908. Está situada en Cantabria y esconde un auténtico paraíso geológico en su interior.

Una cavidad única en el mundo

Se trata de un recorrido de unos 20 kilómetros de longitud conocido como "La Cueva del Soplao", reconocida a nivel internacional por tener enormes superficies repletas de aragonitos, helictitas, estalactitas y estalagmitas, un lugar único para los amantes de la espeleología.

La cantidad de materiales allí concentrados provocan un juego espectacular de luces y sombras e incluso sensaciones y olores dignos de experimentar.

Fue redescubierta en 1975 y se abrió al público en 2005

"La Cueva del Soplao" debe su nombre al término minero que se refiere a la corriente o soplo de aire que se establece en el momento en que una galería minera corta o pincha otra galería de cueva.

Aunque tras su primera explotación fue abandonada, el Speleo Club Cántabro la redescubrió en 1975 y empezó a reacondicionarla, de tal manera que pudo finalmente abrirse al público en 2005.

Una vez acondicionada se convirtió en una atracción turística mundial, en la que sólo se pueden visitar unos 3 kilómetros de los 20 que tiene, pero que son un auténtico regalo para la vista.

Sur de Cantabria
Está situada entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, en el sur de Cantabria.

"El Soplao" ofrece tres tipos de visita diferentes

La primera de ellas es para todo tipo de público, incluso con movilidad reducida. De hecho es la primera cueva turística de España cien por cien accesible.

Visita para todos los públicos y 100% accesible

Para el público en general existe la visita meramente turística, donde se visitan 1.500 metros de cueva y se accede a la cavidad a bordo de un tren minero donde se visitan las galerías conocidas como "La Gorda" y la de "Los Fantasmas".

Si nos fijamos en el nombre de la primera galería, "La Gorda", podemos hacernos una idea de la impresión que le produjo descubrirla a uno de los primeros espeleólogos y sentirse insignificante ante tales dimensiones.

La Galería de los Fantasmas
"La Galería de los Fantasmas" es famosa por la gran cantidad de estalagmitas que hay en su interior y que cuelgan del techo con formas fantasmagóricas.

El caso de la Galería de los Fantasmas es otra obra de arte para los ojos, pues a lo largo de sus 300 metros de recorrido con zonas de hasta 35 metros de anchura, uno puede disfrutar de grandes estalagmitas blancas.

Dos horas y media de visita para los más atrevidos

Para los que disfrutan de sensaciones fuertes se ha diseñado la de Turismo-aventura, un recorrido de más de 3 kilómetros de longitud que se realiza en unas dos horas y media.

Para esta visita es obligado el uso de botas, mono, casco, luz y ropa de abrigo para disfrutar de tramos algo menos accesibles como barandillas o escaleras, y donde se parte del túnel de la Isidra y se visitan el Falso Suelo o las galerías Campamento o el Bosque y la sala El Órgano.

Frío en el interior
Se recomienda visitar la cueva convenientemente abrigado, pues la temperatura interior es de 10 grados.

Visita altamente recomendable: la minera

Hace menos de tres años se estrenó esta nueva modalidad de visita, donde uno puede experimentar en primera persona cómo era la actividad minera.

En la "Visita minera" se incluye una via ferrata subterránea con puente tibetano incluido, con diferentes niveles de dificultad en un recorrido de unos dos kilómetros de longitud, no apto para todos los públicos.

Su entorno es único, enclavada en los Picos de Europa

No sólo la visita a la cueva es obligada, sino todo su entorno, pues desde allí se puede disfrutar de unas espléndidas vistas de los Picos de Europa, la sierra de Peñasagra, el valle de Nansa y el mar Cantábrico.

Por si fuera poco, en las proximidades se encuentra también el Yacimiento paleontológico de Rábago/El Soplao, una excepcional "mina" de ámbar del Cretácico inferior donde se pueden ver fósiles de insectos, arácnidos y otros artrópodos atrapados en piezas de ámbar.