Este es el reactor gigante en Francia que quiere encender un Sol en la Tierra

En el sur de Francia avanza la construcción de ITER, el reactor experimental que busca recrear la energía del Sol en la Tierra. Este proyecto único podría transformar el futuro energético mundial.

El reactor podrá producir unos 500 MW de potencia térmica durante pulsos de fusión.

El sueño de encender un “Sol artificial” en la Tierra ya no es ciencia ficción, ya que en el sur de Francia se está construyendo ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor de fusión nuclear más grande del mundo concebido para reproducir el mismo proceso energético que alimenta a las estrellas, incluida nuestra propia estrella: el Sol.

Este experimento científico de magnitud histórica podría revolucionar la forma en que generamos energía limpia en el planeta.

¿Qué es ITER y dónde se construye?

ITER es un proyecto internacional de fusión nuclear ubicado en Cadarache, en la región de Provenza, al sur de Francia tratándose de una colaboración entre más de 30 países, entre ellos la Unión Europea, China, Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea del Sur e India, que aportan recursos financieros, científicos y tecnológicos para hacer realidad un reactor capaz de producir energía mediante fusión nuclear.

Este enorme reactor es, en esencia, un Tokamak, un dispositivo en forma de “donut” diseñado para contener temperaturas extremadamente altas, similares e incluso superiores a las que existen en el interior del Sol.

Tecnología extrema para desafíos extremos

Todo esto es un reto gigantesco desde el punto de vista tecnológico, ya que se compone de un sistema de imanes superconductores que mantiene el plasma confinado. Pesa miles de toneladas siendo uno de los componentes clave el solenoide central, un imán de más de 18 metros de altura capaz de generar campos magnéticos extraordinariamente intensos.

El solenoide central
Es una bobina gigante situada en el centro de un reactor como el ITER.Su función es generar un campo magnético muy potente que actúa como el “motor” que empuja y mantiene el plasma en movimiento, parecido a cómo un electroimán controla una corriente eléctrica.

El reactor en conjunto ocupará una superficie equivalente a decenas de hectáreas, con cientos de edificios auxiliares, equipos de medición, sistemas de refrigeración criogénica, sensores y controles de precisión.

Aunque multitud de módulos y superestructuras están todavía en fase de ensamblaje, los avances recientes, como la llegada de imanes gigantes y la integración de sistemas superconductores, han reavivado el interés y la esperanza científica global.

Un proyecto histórico para la humanidad

ITER no es solo un experimento, se trata de uno de los proyectos científicos más ambiciosos y costosos jamás emprendidos, con presupuestos que podrían superar los 20.000 millones de euros y una década de construcción planificada antes de alcanzar fases de operación completa.

Además de su inmenso potencial energético, la tecnología necesaria para sostener una fusión controlada también ha impulsado avances en materiales resistentes a la radiación, superconductividad, criogenia y robótica avanzada, beneficiando otras aplicaciones científicas e industriales.

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