"La AEMET se pone seria, ¡alerta roja!" ¿Qué hay de cierto en estas noticias del calor previsto en España?

Tenemos varios días por delante con temperaturas máximas típicas de julio. No será un episodio comparable a las olas de calor del verano, pero sí el más intenso que se hayan registrado en octubre.

Esta semana ha destacado por romper con la dinámica húmeda e inestable que predominó durante la primera quincena de septiembre. En todo ese periodo las temperaturas máximas fueron mucho más frescas que las actuales y las precipitaciones irregulares pero abundantes, en algunos casos torrenciales.

Sin embargo, la segunda quincena de septiembre está transcurriendo bajo la presencia de una creciente dorsal anticiclónica, inicialmente débil, pero que ha ido adquiriendo consistencia durante esta semana y que se aislará formando un anticiclón cálido prácticamente estacionario y con un importante reflejo en altura.


Será este anticiclón el que favorezca que las temperaturas se sigan incrementando al arrastrar aire muy cálido en niveles medios y altos de latitudes subtropicales y hacerlo descender, por subsidencia, hasta la superficie. Por otro lado, se encuentra también una amplia vaguada atlántica situada en el entorno de las Azores que permite la migración de aire de origen subtropical en su sector oriental hasta latitudes más altas.

Con este escenario sinóptico cabe esperar que el anticiclón adquiera más estabilidad y que, a diferencia de la semana pasada, no permita la llegada de ningún frente o depresión a nuestro entorno.

La AEMET por el momento sólo ha emitido una nota informativa sobre una situación que será excepcional para la fecha, pero ni siquiera ha activado avisos amarillos, los de más bajo riesgo. Aunque estos últimos no se pueden descartar, en ningún caso se llegará al nivel rojo de riesgo extremo. Tampoco al naranja.

Esta situación, sin embargo, está destacando por dejar unas temperaturas muy raras de ver en esta época del año y que, de continuar así, podrían dejarnos una vez más valores de récord, especialmente durante este fin de semana y los primeros días de la semana que viene. No se tratará de una ola de calor ni tendrá que ver con los episodios de calor vividos durante el verano, pero sí será excepcional para un mes de octubre.

Hasta 38 ºC los primeros días de octubre

La temperatura de la masa de aire a 850 hPa se situará por encima de 21 ºC de forma generalizada en el entorno peninsular, con picos diurnos de hasta 24 ºC en algunos puntos del interior durante el domingo y el lunes. Esto significa que adquirirá temperaturas inéditas en octubre, más de 2ºC por encima de cualquier otro valor registrado durante este mes.

La consecuencia más directa serán las temperaturas máximas, que no tendrán problema en alcanzar los 35ºC en zonas extensas de la mitad sur peninsular y el valle del Ebro, pudiéndose superar un gran número de efemérides de temperatura del mes de octubre.

Calor en octubre
Nuestros mapas, a partir del modelo europeo, anticipan temperaturas de hasta 38 ºC, impropias de estas fechas.

Los valores más elevados se alcanzarán en el cuadrante suroeste, pudiendo rondar los 38ºC en el valle del Guadalquivir. No se librará del calor tampoco la meseta norte, con máximas entre 32 ºC y 34 ºC, ni tampoco Canarias; allí las máximas se acercarán a los 35ºC en las islas orientales, aunque no se espera que se acerquen a valores de de récord en el archipiélago.

Por otra parte, las temperaturas mínimas se mantendrán en la mayoría de casos por debajo de 20ºC, con la excepción de la costa mediterránea y el cuadrante suroeste peninsular, donde se experimentarán noches tropicales con relativa facilidad.

Será una situación persistente

Aunque en principio se espera un leve descenso de las temperaturas a mediados de la próxima semana, el anticiclón y la dorsal en altura continuarán siendo muy estables y la mayor parte de escenarios contemplan que mantendrán una posición similar durante prácticamente toda la semana que viene.

Habría que esperar al menos hasta la segunda semana de octubre para encontrar los primeros escenarios que muestren cambios importantes, con una mayor probabilidad de precipitaciones y temperaturas algo más acordes a la época del año.