Las increíbles acrobacias aéreas de los estorninos siguen fascinando al mundo de la ciencia

Muchos científicos quedaron fascinados con su vuelo, hasta el punto de que crearon modelos matemáticos para interpretar mejor sus movimientos y descubrir cómo logran moverse con tanta armonía en el cielo.

bandada volando al ocaso
Muchos científicos quedaron encantados con su vuelo, hasta el punto de que crearon modelos matemáticos para interpretar mejor el movimiento de esos pájaros.

Los estorninos son aves paseriformes, muy extendidas en las ciudades y zonas rurales de Eurasia. Algunos de nosotros los habremos visto dando vueltas en el cielo, en bandadas gigantescas formadas por decenas de ejemplares.

Sus acrobacias y comportamientos han sido estudiados por muchos científicos, obteniendo resultados muy importantes. En las ciudades europeas, durante el otoño y el invierno, estas aves pueden detenerse varias semanas a descansar de cara a la migración que las llevará a África.

El famoso vuelo de los estorninos

Por supuesto, las bandadas de pájaros no son un fenómeno inusual. Los ornitólogos lo han estudiado durante mucho tiempo. Pero aparentemente ninguna otra especie de ave tiene la misma coordinación o patrones complejos que el estornino pinto, que puede formar bandadas de hasta 750 000 individuos.

Muchos científicos quedaron encantados con su vuelo, hasta el punto de que crearon modelos matemáticos para interpretar mejor sus movimientos y descubrir cómo logran moverse con tanta armonía en el cielo.

Además, aunque los estorninos son una especie muy extendida, todavía sabemos muy poco sobre estos comportamientos. Hay ornitólogos de renombre mundial que intentan descifrar estos comportamientos, tan inusuales en otras especies de aves.

imagen de un estornino
Los diversos estudios realizados por los científicos a lo largo de décadas de observaciones han permitido comprender numerosas evoluciones en el cielo.

Uno de ellos es Frank Heppner, profesor emérito de la Universidad de Rhode Island y autor de algunos de los primeros estudios sobre el comportamiento de los estorninos en los años sesenta. Heppner admite: “He estado estudiando este fenómeno durante 50 años y todavía no entiendo su significado”.

Las fascinantes coreografías en el cielo

Andrea Cavagna, físico de la Universidad de Roma, ha pasado los últimos 16 años estudiando cómo los estorninos logran sincronizar sus movimientos con tanta gracia y precisión. Para ello, creó sofisticados modelos 3D de las bandadas de estorninos que vuelan sobre Roma, donde en las últimas décadas la población de estas aves se ha duplicado hasta alcanzar alrededor de un millón de individuos.

Utilizando imágenes grabadas, Cavagna y sus colegas crean modelos informáticos que reconstruyen las posiciones y velocidades de las aves individuales de la bandada.

Junto con su colega investigadora y socia Irene Giardina, Cavagna recopila datos utilizando tres cámaras de vídeo sincronizadas, de alta velocidad, colocadas en el techo del Palazzo Massimo durante la migración invernal de los estorninos. “Todos los inviernos estábamos 'encaramados' allí, en medio del frío y del mal tiempo, noche tras noche”, dice Cavagna. "Éramos sólo nosotros y las estatuas del museo".

Las reconstrucciones realizadas muestran que estas aves logran mantener sus formaciones fluidas en vuelo mediante un mecanismo conocido como correlación de comportamiento libre de escala, es decir, un mecanismo de coordinación local que conduce a una coordinación colectiva, en la que cada ave se posiciona cerca de aproximadamente otros siete especímenes, coordinando sus movimientos para crear sincronismos superpuestos.

Cavagna explica que imagina este fenómeno, haciendo la comparación de cuando conducimos por la autopista: "cada uno de nosotros interactúa con un número limitado de coches, presumiblemente con el que está delante y el que está detrás, además de uno o dos que viajan al lado nuestro; en cambio, no interactuamos con los coches que se encuentran a 50 metros de nosotros, por lo que no nos distraen".

En la práctica, cada ave interactúa con sus vecinos más cercanos, pero todos los movimientos de cada individuo afectan al grupo y son simultáneamente influenciados por él, permitiendo que la información se propague por la bandada a una velocidad constante.

cuatro estorninos de cabeza verde mirando hacia adelante.
Aunque los estorninos son una especie muy extensa, todavía sabemos muy poco sobre estos comportamientos.

El resultado es un proceso de toma de decisiones colectivas tan ágil que la señal de giro, generalmente iniciada por un pájaro situado al final del grupo, permite alcanzar a las 400 aves de una bandada en medio segundo, a una velocidad de 145 kilómetros por hora.

Un sorprendente baile

Los diversos estudios realizados por los científicos a lo largo de estas décadas de observaciones han permitido comprender numerosas evoluciones en el cielo. Las diversas formas y dinámicas que las aves crean durante sus evoluciones tienen nombres pintorescos: “vacuola”, “cordón”, “expansión flash”.

Quizás lo más espectacular es cuando bandadas más oscuras de especímenes más cercanos irradian a través de una nube de estorninos más espaciados, asemejándose al movimiento de las ondas, dice Charlotte Hemelrijk, profesora de ciencias de biología evolutiva en la Universidad de Groningen, Países Bajos.

bandada de pájaros negros volando
Las reconstrucciones realizadas muestran que estas aves logran mantener sus formaciones fluidas en vuelo mediante un mecanismo conocido como correlación de conducta sin escala.

Al observar este movimiento ondulatorio desde el suelo, parece que los estorninos se acercan entre sí; pero luego, en cuanto viran hacia arriba, inclinándose, vemos mejor la superficie de sus alas. Es decir, además de sincronizarse con los siete ejemplares más cercanos, siguen la regla de "todos siguen al líder".

"Nuestros últimos modelos muestran que los estorninos copian el comportamiento del ave más cercana, lo que hace que el movimiento se extienda por toda la bandada", afirma Hemelrijk.

Estas evoluciones también sirven para confundir a los depredadores, como los halcones y otras aves rapaces, y les dificultan la captura de los ejemplares que quedan atrás. Utilizando sofisticados modelos informáticos, Hemelrijk documentó patrones de vuelo colectivos específicamente vinculados a los movimientos de halcones y halcones.