Ola de calor: qué es y cuándo se produce

Pese a que las olas de calor nos han acompañado desde tiempos inmemoriales, el actual calentamiento global está incrementando el carácter extremo de estos fenómenos, cuyo impacto en la población ya era de por sí muy importante. No hay una definición única para las olas de calor, existen varias ligadas a diferentes organismos o instituciones tanto nacionales como internacionales, pero todas se sostienen en tres pilares: las temperaturas anormalmente cálidas, la extensión del episodio a nivel espacial y su duración. 

En España nos debemos regir por la interpretación de la AEMET: “una ola de calor se define como un episodio de, al menos, tres días consecutivos en el que como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000”. 

No es una definición muy aclaratoria para neófitos, pero quizás la parte que más dudas puede despertar es la última en la que se habla del percentil. A efectos prácticos, el primer objetivo de la AEMET fue localizar el 5% de los días más cálidos en los meses de julio y agosto dentro de los 30 años contemplados. Eso supone 93 jornadas. Una vez desgranadas, la temperatura que establece el umbral de “ola de calor” para cada observatorio es la menor de esas 93. Por ejemplo, en la ciudad de Madrid la temperatura máxima debe rebasar los 36,4 ºC en tres días consecutivos; en Sevilla los 41,2º y en A Coruña bastante menos, los 29,2º. No valdría con que estas tres urbes superaran el umbral, haría falta unas cuantas más hasta llegar al 10% del territorio necesario.

El incremento de la temperatura del planeta está facilitando la superación de esos umbrales. De hecho, no solo se sobrepasan con más regularidad sino que, además, con mayor autoridad. Se están alcanzando temperaturas nunca vistas en algo más de un siglo de observación.