'Snowmageddon' o grandes nevadas, ¿serán cosa del cambio climático?

La borrasca Filomena consiguió dejar la nevada más intensa de lo que llevamos de siglo, ahora es el turno de Nueva York con la borrasca Orlena. El cambio climático afecta a la frecuencia e intensidad de los episodios meteorológicos extremos pero, ¿cómo es posible? Aquí te cuento más.

Madrid Filomena
Cubierta de nieve en Madrid tras la borrasca Filomena.

El término 'snowmageddon' nace de un juego de palabras entre la nieve (snow) y 'armageddon' en inglés, que está estrechamente relacionado con el apocalispsis. Se trata de un nombre muy dramático, y sin duda sensacionalista, que se utilizó por primera vez en la prensa popular de Canadá en enero del 2009. Un año más tarde, también lo utilizó Reino Unido para referirse a un período de nevadas en enero del 2010. Ahora, esta expresión se ha popularizado, sobre todo en redes sociales, para referirnos al antes, durante y después de una tormenta intensa de nieve, ¿será consecuencia del cambio climático?

'Snowmageddon' primero en Madrid y ahora en EE. UU.

La borrasca Filomena consiguió dejar la nevada más intensa de lo que llevamos de siglo en España. Por momentos, imposibilitó la circulación por Madrid y así se paralizaron por completo muchos servicios esenciales como la recogida de basuras o como el funcionamiento de los supermercados. El tráfico aéreo, rodado y ferroviario también se vieron afectados pero, bien caminando o con la ayuda de esquís, la gente de Madrid pudo salir adelante y tomar fotos o vídeos que pasarán a la historia.

En los últimos días ha pasado algo parecido en Nueva York, donde un 'snowmageddon', cuyo nombre oficial es Orlena, ha cubierto con una gruesa capa de nieve la ciudad de Nueva York, que acoge a más de 8,6 millones de personas bajo la alerta meteorológica. En el noreste de Estados Unidos, febrero ha comenzado con una nevada casi "torrencial" -así es como la Universidad de Alicante ha bautizado estos fenómenos en España- acompañada de temperaturas gélidas que han recordado mucho al inicio de año en Toledo, Teruel o Madrid.

Orlena ha sido una enorme tormenta invernal que ha azotado al 'gigante' americano durante los últimos días, provocando la cancelación de miles de vuelos, el cierre de escuelas o supermercados y la suspensión de miles de vacunaciones contra el COVID-19. Durante los próximos días se esperan nuevas nevadas, aunque no tan intensas e independientes a Orlena (que ya se ha retirado hacia el Atlántico), en el nordeste de los Estados Unidos.

Nevadas potentes, eventos extremos y cambio climático

Contemplando el actual cambio climático, la pregunta que muchos se hacen es, ¿por qué sufrimos entonces estas nevadas? Desde finales de la década de los años 70 del siglo pasado, la temperatura global ha ido aumentando a un ritmo frenético. El calentamiento global es una realidad indiscutible y no solo por las evidencias térmicas sino, también, por los elevados indicadores naturales y eventos extremos como lo fueron Filomena, Gloria o ahora Orlena.

Tenemos que distinguir entre dos conceptos básicos: el tiempo y el clima. Un determinado episodio meteorológico, por intenso que sea, no cambia ni caracteriza el clima. Este último hace una visión en conjunto que acoge y promedia todos los fenómenos acaecidos durante al menos 30 años en un determinado lugar. El tiempo es el 'aquí y ahora'. Dentro de un escenario de cambio climático caracterizado por un aumento generalizado de las temperaturas, en ese aquí y ahora, los eventos meteorológicos extremos se pueden volver más comunes.

Nevada torrencial
A pesar del calentamiento global, las grandes nevadas no han cesado, incluso se cree que están aumentando su cadencia.

¿Por qué tanta intensidad en las nevadas y cuál es la tendencia?

Actualmente vivimos en un mundo más cálido, con una temperatura media que va en ascenso. El hecho de que pueda estar nevando de manera 'torrencial' ahora más que antes es por la humedad que se genera por el proceso de evaporación. A mayor calor, mayor evaporación. Para hacernos una idea, es lo mismo que sucede durante los episodios de lluvias torrenciales en otoño (cuando el mar Mediterráneo está más caliente), solo que esta vez hablamos de situaciones con aire frío o muy frío.

El clima se está volviendo cada vez más extremo. En invierno los eventos invernales adversos se repetirán cada vez más, así como las sequías y las olas de calor en verano, las lluvias torrenciales e incluso los huracanes en otoño y primavera. La tendencia, dentro de este contexto de cambio climático, es que cada cierto tiempo las entradas de frío y las nevadas importantes se intercalarán entre numerosos años anormalmente cálidos, por la tendencia al alza de las temperaturas.