La gran versatilidad de SMOS permite prolongar su misión

La misión SMOS de la ESA no solo está recogiendo información fundamental sobre la humedad del suelo y la salinidad de los océanos para su uso científico: sus datos están siendo utilizados en un número cada vez mayor de aplicaciones prácticas. Gracias a esta gran versatilidad y a posibles nuevas sinergias, las operaciones de la misión continuarán como mínimo hasta el año 2017.

La misión de la ESA para el estudio de la Humedad del Suelo y de la Salinidad de los Océanos (SMOS, por sus siglas en inglés) ya lleva casi cinco años en órbita a nuestro planeta.

El objetivo científico original de esta misión es recoger datos fundamentales para ayudarnos a comprender mejor el ciclo del agua en nuestro planeta, objetivo que ha superado con creces y al que se ha sumado una gran variedad de nuevas aplicaciones.

Uno de los ejemplos más recientes de la polivalencia de esta misión es su capacidad para medir el espesor del hielo más fino que flota sobre los mares polares con la precisión suficiente como para realizar pronósticos y dirigir el tráfico marítimo.

Representación de SMOS en órbita
Representación de SMOS en órbita

Las banquisas de menos de 50 centímetros de espesor son especialmente importantes para el clima y la meteorología, ya que regulan el intercambio de calor y de agua entre el océano y la atmósfera.

SMOS utiliza una técnica pionera para capturar imágenes de la temperatura de brillo, una magnitud relacionada con la radiación emitida por la superficie de la Tierra, que permite confeccionar mapas de la humedad del suelo y de la salinidad de los océanos a escala global.

Aunque SMOS no fue diseñado para medir el espesor del hielo, la radiación que emite hace posible que el instrumento del satélite europeo vea a través de su superficie, determinando el grosor de las banquisas de hasta 50 centímetros de espesor. Esto abarca la mayor parte del hielo más joven y fino en los límites del Océano Ártico.

En los últimos años, la demanda de este tipo de información ha aumentado considerablemente. La Universidad de Hamburgo ha desarrollado un producto basado en los datos de SMOS que, con la ayuda de la ESA, se acaba de convertir en un nuevo servicio de la misión.

“La provisión ininterrumpida de nuestros datos sobre el espesor de las banquisas a los usuarios operacionales es una excelente muestra del potencial de SMOS para este tipo de aplicaciones”, comenta Lars Kaleschke, del Centro para la Investigación de la Sostenibilidad y del Sistema Tierra de la Universidad de Hamburgo.

A principios de este año la ESA llevó a cabo una campaña sobre el terreno para validar este nuevo servicio en colaboración con el proyecto alemán IRO-2, que está desarrollando un prototipo de un sistema capaz de predecir el espesor de las banquisas para dirigir el tráfico marítimo en las regiones polares.

El espesor de las banquisas calculado por SMOS
El espesor de las banquisas calculado por SMOS

Enfrentándose al frío y a fuertes tormentas, el equipo recogió datos sobre el terreno con un sensor electromagnético suspendido desde un helicóptero. El helicóptero y su equipo viajaban a bordo del buque RV Lance, que se adentró en las banquisas polares desde el archipiélago Svalbard de Noruega.

“Idear y desarrollar un nuevo producto de datos es sólo una parte de la historia; probar que el concepto realmente funciona con datos reales es muy emocionante y gratificante”, confiesa Matthias Drusch, Científico de la Misión SMOS para la ESA y uno de los participantes de esta campaña tan especial.

Los datos de SMOS también están siendo utilizados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para predecir sequías, y por el Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo para mejorar los pronósticos de la temperatura y de la humedad del aire.

Gracias a logros como estos y teniendo en cuenta que el satélite todavía se encuentra en perfecto estado, los Estados Miembros de la ESA y la agencia espacial francesa CNES, responsable de las operaciones de la plataforma del satélite, han decidido prolongar la vida útil de la misión, que inicialmente era de cinco años.

“Prolongar las operaciones de SMOS hasta el año 2017 nos da más oportunidades para buscar nuevas aplicaciones científicas y pre-operacionales, que de otra forma no seríamos capaces de analizar. Por otra parte, ahora podremos aprovechar nuevas sinergias”, comenta Susanne Mecklenburg, responsable de la Misión SMOS para la ESA.

“Por ejemplo, ahora será posible combinar los datos de SMOS con los de la misión SMAP de la NASA, que se lanzará a principios de noviembre”.

“También será posible combinar los datos de SMOS con los de las misiones Sentinel del programa Copérnico. Por ejemplo, la información sobre la salinidad de los océanos recogida por SMOS se podrá analizar junto a los datos sobre la elevación y la temperatura de la superficie del mar obtenidos por Sentinel-3”.

Fuente: ESA www.esa.int

Esta entrada se publicó en Noticias en 23 Jul 2014 por Francisco Martín León