Los tornados en Cataluña: Parte I. Análisis de los tornados entre 2001-2008

Oriol Rodríguez Ballester oriolrodri(arroba)hotmail.com Palabras clave: tornado, manga, fiblons, severo, Fujita, vientos, rachas, climatología.   Nota de la RAM. El trabajo original, realizado por Oriol Rodríguez Ballester se ha dividido en dos partes por su extensión y por interés para los lectores. En la primera  parte se hace un análisis general de los tornados en Cataluña en el periodo 2001-2008. En la segunda se centra en situaciones particulares tornádicas. Presentamos la primera parte.

1 Introducción Cataluña es una zona en la que las fuertes tormentas descargan aguaceros y granizo cada otoño, pero no sólo vienen acompañadas de relámpagos y truenos, sino también de tornados. Suelen ser de una intensidad menor que los “monstruos” de los Estados Unidos, pero aún así son suficientemente potentes como para causar daños. El hecho que últimamente hayan aparecido algunos en áreas muy pobladas como la comarca barcelonesa del Baix Llobregat (denominada como “el corredor de los tornados en Cataluña” por parte de los aficionados y profesionales en la materia) ha despertado mucha curiosidad hacia estas trompas que cuelgan de las nubes de tormenta y se llevan consigo mismas todo lo que encuentran a su paso. Con este estudio se pretende ver que no es tan inusual que aparezcan tornados en el extremo nordeste de la Península, eso sí, siendo siempre iguales o inferiores a la categoría F2 de la escala Fujita. Además hemos analizado las situaciones sinópticas y la evolución de algunos tornados o episodios tornádicos, como son el tornado de l’Espluga de Francolí o el episodio tornádico del septiembre del 2005 en la costa y prelitoral de Barcelona. Datos y metodología Los datos y la metodología que se ha seguido para considerar una situación como asociada a tornados ha sido la siguiente. Se ha tomado como referencia los informes de periódicos, televisiones, testimonios, estudios de profesionales, fotos, foros, etc. En algunos casos no se han hecho estudio de campo y la asignación de la intensidad  ha sido en base a fotografías de los destrozos, vídeos dónde se puede ver la fuerza del viento, datos de anemómetros que han podido registrar la velocidad del viento cerca del tornado y, cómo no, con la ayuda de estudios realizados en el lugar del suceso elaborado por profesionales en la materia como Joan Arús de AEMET/ACAM. Las medidas de vientos se han medido o estimado según la escala en la que hemos clasificado, los propios datos de viento recogidos y los daños ocasionados. Es por este motivo que, si bien la categoría de la escala Fujita asignada a un tornado es fiable, las velocidades no lo son tanto por el sencillo motivo que son una aproximación y que no se han registrado nunca en un tornado en Cataluña. El hecho de suponer la velocidad nos ayuda a tener una idea de la virulencia del tornado ya que un tornado F1 puede tener velocidades de 118km/h, pero puede superar los 180km/h, es decir, es un rango muy amplio y no es lo mismo un remolino con unos vientos muy fuertes que otro de la misma categoría pero con vientos aún más destructibles.

2 Los tornados en Cataluña A continuación se muestran los tornados que han afectado Cataluña durante el período 2001-2008 (ver figura 1). Hemos escogido estos años, básicamente por un motivo fundamental: no ha sido hasta hace poco  cuando el número de cámaras de fotos y de vídeo se ha incrementa y abaratado. No disponer de estos elementos dificultaba poder tener testimonios gráficos de los tornados y como que, además, no había tantos medios para difundirlos, se daban a conocer muy pocos.

Figura 1: a) Mapa de los tornados que ha habido en Cataluña entre los años 2001 y 2008, numerados y ordenados cronológicamente. b) Mapa de Cataluña con las comarcas aludidas en el texto.

Tabla 1: Tornados que han afectado Cataluña, ordenados cronológicamente, población, comarca y categoría según la Escala Fujita, para el periodo 2001-2008.

Cataluña es una zona más activa de lo que nos creemos por lo que respecta a los tornados: cada año aparece alguno. De hecho, la media de este período de tiempo es de 4 tornados por año. Se tiene constancia de 32 o más, ya que en algunos casos, por la falta de información o de testimonios gráficos y fiables no se han considerado en este trabajo, como podrían ser el caso de un posible tornado en Blanes el año 2002 o bien del día 17 de abril del pasado 2008 en Santa Coloma de Gramenet. Así pues, tenemos contabilizados 32 tornados hasta el día de hoy. Observamos en el mapa un foco de notable actividad tornádica, centrado entre Barcelona y Tarragona, justo en la línea de la costera. En 8 años, y en el conjunto de comarcas del Baix Llobregat, el Garraf, el Baix Penedès y el Tarragonès se han llegado a contar 11. De hecho, gran parte del litoral catalán es susceptible a presenciar fenómenos de este tipo, porque la gran mayoría de tornados se forman en el mar (nombrados mangas o “fiblons”) y, posteriormente, llegan a la costa, entrando unos quilómetros tierra adentro. Diez de los treinta y dos que hemos encontrado (el 31,25%) se habían formado mar adentro, llegando a la costa y causando desperfectos en la zona. Esto no quiere decir que en el resto del territorio no se produzcan, todo lo contrario. Encontramos un área relativamente activa: el interior del cuadrante nordeste, justo donde es frecuente la formación de células convectivas en situaciones de inestabilidad y también en días calurosos de verano o en entrada de aire frío. En especial es la comarca del Vallès Oriental donde más tornados se han visto en los últimos años. El Pla de Lleida también ha estado, alguna vez, afectado por tornados, aunque son mucho más ocasionales. En aquella zona se han visto tres, repartidos entre las comarcas de la Noguera, el Segrià y les Garrigues. Curiosamente también se han llegado a detectar en zonas muy poco frecuentes como es el caso del Solsonès y el área de Collsacabra (en la Serralada Transversal, en el límite entre las comarcas de Osona y la Garrotxa). Analizando la situación de los tornados ocurridos en Cataluña, podemos decir que siempre aparecen en zonas mínimamente llanas. Aunque ha habido en zonas de media montaña como la Serralada Transversal cerca del Prepirineo, los lugares afectados son, siempre, con unos desniveles mínimos. Eso no quiere decir que tan sólo aparezcan en zonas costeras, sino que las altiplanos (cómo es el caso del altiplano de la Segarra) son zonas favorables para su formación. Una manga entró desde el mar con dirección SE-NW (perpendicular a la Sierra Litoral) por Port Ginesta, al norte de la costa del Garraf. A duras penas pudo avanzar 500 metros a causa, entre otros aspectos, que había una sierra bien cerca del mar que debilitó el tornado impidiendo que avanzara más hasta disiparlo. Por lo tanto, podemos deducir que las zonas donde es menos probable o prácticamente imposible que aparezca un tornado son zonas de montaña como el Pirineo y Prepirineo, la zona del Montseny y los Ports de Tortosa-Beseit, así como también en otras zonas con una orografía compleja. Los deltas son unas áreas vulnerables. Como son zonas muy llanas que acostumbran a sobresalir del litoral próximo y las montañas no son demasiado cercanas, las mangas marinas que se forman mar adentro y que se mueven dirección a la costa llegarán antes y podrán desplazarse más en estas zonas. El ámbito del Baix Llobregat (con el río Llobregat como eje principal y el mismo delta situado al sur) es, sin duda alguna, un claro ejemplo y es, además, la comarca con más tornados registrados. Hay que comentar que esta zona, juntamente con el Garraf, se la conoce como “El corredor de los tornados de Cataluña” (aunque no es un nombre oficial, los aficionados y algunos profesionales de la meteorología le nombran así). Entonces, nos puede surgir la siguiente pregunta: si los deltas son zonas propicias para ser afectadas por tornados, ¿por qué en el Delta del Ebro no se ha registrado ninguno durante estos últimos años y en el Delta del Llobregat sí? La respuesta no es otra que la orografía que los rodea. El Delta del Llobregat está orientado de noroeste a sudeste y la disposición de las montañas cercanas produce una mayor helicidad que ayudan a la formación de tormentas con potencial tornádico, cosa que no sucede en el Ebro o en otros puntos de la geografía catalana.

Otras características La siguiente gráfica, figura 2, muestra la distribución de los tornados por comarcas. Ya podemos comprobar claramente lo que habíamos comentado: que el Baix Llobregat y el Garraf son las zonas más afectada, con 5 y 3 tornados registrados respectivamente. Entre estas dos comarcas se sitúa el Vallès Oriental donde, por sorpresa, se han llegado a detectar hasta 4. Seguidamente encontramos el Maresme, Osona, l’Alt Camp y el Tarragonès, con 2 tornados a cada comarca. Con estos datos podemos observar que es la franja litoral donde más se ven y que 19 de las 41 comarcas que hay en Cataluña, es decir, el 43,9% de éstas han sido, en el transcurso de los últimos 8 años, afectadas por uno o más tornados, un dato impactante pero bien real.

Figura 2: Gráfico de la distribución de los tornados por comarcas.

En la siguiente figura, figura 3, podemos ver la distribución temporal mensual. El 78,2% de los tornados que se han generado en Cataluña se han visto desde finales del verano y hasta mediados de otoño. La gráfica nos muestra, claramente, este período comprendido entre los meses de agosto, septiembre y octubre como el más activo. Durante el resto del año también se han divisado algunos, pero tan sólo uno en marzo, otro en julio, dos en noviembre y otro más en diciembre. Por tanto, podemos concluir que la temporada tornádica en nuestra zona se inicia a finales de verano (concretamente a partir de la segunda quincena del mes de agosto) y concluye a finales de octubre que es, justamente, cuando las tormentas suelen ser más fuertes y afectan gran parte del territorio. En este sentido, cabría justificar dicha actividad temporal y espacial como debida al papel de las aguas del Mediterráneo, desde donde llegan los focos convectivos más activos. En esos momentos los contrastes entre la temperatura del aire y del mar son notorios, favoreciendo el desarrollos de tormentas, incluso muy organizadas.  Aunque se ha trabajo  con un número reducido de años, es lógico suponer que esta característica es un elemento destacable en la formación de los tornados en el noreste peninsular.

Figura 3: Gráfico de la distribución temporal de los tornados entre el año 2001 y 2008.

Por suerte, los “fiblons” que vemos no son tan destructivos como los de los Estados Unidos: allí pueden alcanzar velocidades próximas o incluso superiores a los 500 km/h, destruyendo absolutamente todo aquello que se encuentra a su paso. En Cataluña, sin embargo, los más potentes que se han registrado no han excedido la categoría F2 de la escala Fujita (con vientos de hasta los 253 km/h). La gran mayoría (el 90,6% en el periodo 2001-2008) se trata de tornados débiles (de categoría F0 o F1), que causan pocos daños y no son demasiados importantes (ver figura 4). Se llevan tejas, rompen ramas de árboles e incluso hasta pueden arrancarlos, pueden llegar a desplazar vehículos o tumbarlos y también levantan tejados de materiales poco resistentes como la chapa o la uralita. Pero no siempre son así,  y aquí se citan algunos fuera del periodo 2001-2008:

  • En Badalona, el año 1892, concretamente en las 15:30h del 15 de junio, una manga entró desde el mar hacia la ciudad causando 3 muertos y diversos heridos, arrancando árboles, llevándose tejados y reventando paredes, puertas y ventanas de las fábricas y casas por donde pasaba.
  • El 31 de agosto de 1994 aparece en l'Espluga de Francolí (Conca de Barberà) un tornado que arranca de cuajo árboles, levanta tejados, destroza algunas granjas de las inmediaciones del núcleo y arranca los palos de la línea eléctrica.
  • El 21 de octubre de 2001 un potente tornado causa estragos en Lladurs (Solsonès), llevándose algunos tejados de “masies” y arrancando de cuajo robles centenarios de un bosque próximo.
  • El 7 de septiembre del 2005, una manga entró des del mar afectando el Aeropuerto del Prat de Llobregat y Sant Boi de Llobregat, haciendo volar contenedores de las basuras, moviendo aviones llenos de pasajeros, destrozando la terminal de carga, elevando algún vehículo, llevándose tejados y techos de las afueras de la población de Sant Boi,  estos 4 tornados fueron de categoría F2.

En nuestra recopilación tan sólo hacemos señalar los dos últimos, pero hemos querido constar estos otros dos violentos “fiblons” que han afectado a Cataluña. Hemos visto, pues, que también se producen de una cierta virulencia y que los desperfectos que causan son importantes. Es curioso observar cómo los tornados más frecuentes son los F1 (59,3%), seguidos de los F0 (31,3%) que, a pesar de ser más débiles, no se ven tanto, entre otros motivos porque el umbral máximo de vientos es relativamente bajo y, dentro de un tornado, no es demasiado difícil poder superar los 118 km/h. Finalmente tenemos los F2 que representan tan sólo el 9,4% de los que ha habido durante estos últimos 8 años.

Figura 4: Gráfico de la intensidad de los tornados en Cataluña (2001-2008).

A lo largo de este periodo en lo que estamos trabajando hemos encontrado una cierta regularidad en el número de tornados que ha habido cada año (ver figura 5). Cuatro de los 8 años hemos tenido tres tornados repartidos por la geografía catalana. Este año (año 2008) se han contabilizado tres: Anglès, 3 de marzo; Sant Sadurní d'Anoia, 17 de junio, y La Cabra del Camp, 2 de noviembre. Sin embargo, hay que remarcar los años 2001 (con 5 tornados), 2005 (con 7) y 2006 (con 5 más). Se tiene que decir que estos 3 años que ha habido más “fiblons” se debe a que hemos tenido episodios tornádicos, es decir, que se ha formado más de uno en un solo día.

Figura 5: Gráfico del número de tornados por año entre el 2001 y 2008.

Entre la noche del día 19 y la mañana del día 20 de octubre de 2001 se formaron 5 tornados que afectaron a las poblaciones de Vilanant (Alt Empordà), Rupit (Osona), Sant Miquel de Pineda (Garrotxa), Les Franqueses del Vallès (Vallès Oriental) y Sant Pere de Vilamajor (Vallès Oriental). Cabe decir que aquella misma noche hubo también diversos tornados en el sureste de Francia y, algunos de ellos, fueron bastante virulentos. La tarde del día 17 de agosto de 2003 fue muy inestable con tormentas en muchos puntos. Algunas de éstas fueron severas y se produjo un espectacular reventón en la comarca de Osona, con rachas de viento entre los 150 y 200 km/h, pero además aparecieron hasta tres tornados: uno en Hostalets de Balenyà (Osona), otro en Valls (Alt Camp) y uno tercero en las afueras de Manresa (Bages). La tarde del miércoles 7 y la mañana del jueves 8 de septiembre de 2005 hubo el episodio tornádico más espectacular de los últimos años. Hasta 5 tornados (o incluso 7, depende de las fuentes) afectaron los alrededores de Barcelona causando graves daños y pérdidas de más de 9 millones de euros. Una manga entró desde el mar hacia Port Ginesta (Garraf), otra en dirección Castelldefels (Baix Llobregat), dos más en el Aeropuerto del Prat, dirigiéndose hacia Sant Boi de Llobregat (Baix Llobregat) –ver figura 6-, y un tornado en Mollet del Vallès (Vallès Oriental). Hay que decir que, aunque "tan sólo" se contabilizaron 5 tornados, hubo más de 15 mangas delante de las costas catalanas, un hecho más que insólito en nuestro territorio. El último episodio destacado lo tuvimos durante el miércoles 13 de septiembre de 2006, cuando tres tornados afectaron sectores del litoral tarraconense y barcelonés: uno en Torredembarra (Tarragonès), otro en las afueras del Vendrell (Baix Penedès) y otro en Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat).

Figura 6: Fotografía de dos tornados tocando tierra en el Baix Llobregat el 7 de septiembre de 2005. Foto de Sílvia T. Colmenero.

Continuará.

Esta entrada se publicó en Reportajes en 14 Jun 2009 por Francisco Martín León