ESA extiende sus lazos globales

Como agencia espacial intergubernamental, ESA se relaciona con otros países más allá de sus estados miembros, y una cooperación importante se da con Argentina, uno de los países de Sudamérica más conectados con el Espacio.

Argentina fue uno de los miembros fundadores de la Federación Astronáutica Internacional, la organización líder mundial en el fomento del espacio, y estableció, en la década de 1960, uno de los primeros departamentos espaciales de Latinoamérica.

ESA y Argentina comenzaron su primera colaboración formal en 1997, firmando un acuerdo para que Argentina utilizara los datos de las misiones de observación de la Tierra de la agencia, ERS-1 y ERS-2. Eso garantizó el acceso a una amplia reserva de información sobre el suelo, el agua, el hielo y la atmósfera terrestres hasta 2011.

En 2002 se firmó un acuerdo de cooperación más general, que está actualmente en vigor hasta 2023. En virtud de este acuerdo, ESA y la oficina espacial argentina CONAE han organizado cursos y becas para estudiantes argentinos, además de talleres en Sudamérica para estudiar aplicaciones para los datos de observación de la Tierra, especialmente en hidrología, vigilancia de desastres naturales y aplicaciones de radar.

Uno de los resultados más visibles de este acuerdo llegó en 2012, con la inauguración de la tercera estación de seguimiento de espacio profundo de la agencia en Malargüe, a unos 1.200 km. al oeste de Buenos Aires.

Además de su fuerte apoyo nacional y de la experiencia de la industria local, la geografía de Argentina ha demostrado tener un valor incalculable. ESA necesitaba una estación en las longitudes argentinas (y en el hemisferio sur) para completar su cobertura global junto con la primera y la segunda estaciones de espacio profundo de la ESA en Australia y España.

La estación de Malargüe da soporte a muchas de las misiones de exploración más importantes de la ESA, incluyendo Rosetta, Mars Express, Exomars, LISA Pathfinder y Gaia.

Misiones futuras de la ESA, como Euclid, impulsarán mucho más el desarrollo de la estación de Malargüe, pues requerirán una evolución de la infraestructura para ofrecer una sólida confiabilidad y una capacidad aún más alta para los enlaces de datos.

Como parte del acuerdo con Argentina, el 10% del tiempo de la estación está disponible para los científicos e ingenieros argentinos que estén realizando investigaciones en el espectro de ondas de radio. Esto ofrece una oportunidad única a los equipos regionales de investigación.

El 26 de abril de 2016, se destacaron las dos décadas de cooperación entre ESA y Argentina en la Jornada Espacial, que supuso la transferencia de CONAE bajo la responsabilidad de un nuevo ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y en la que directivos de ESA, CONAE y el gobierno argentino revisaron los progresos pasados y actuales y examinaron futuros proyectos.

Uno de los desarrollos más interesantes que se estudiaron es una potencial misión de la ESA llamada Saocom-CS. La misión argentina de dos satélites Saocom (Satélite Argentino de Observación con Microondas) estudiará la humedad del suelo y ofrecerá monitorización de desastres, mientras el satélite de la ESA volaría en formación con Saocom-1 para el estudio de los bosques boreales.

Esos datos son muy importantes para la provincia de Mendoza, donde se encuentra la estación de seguimiento de Malargüe, y donde un conocimiento detallado del uso y de la conservación del agua tiene un efecto directo en la economía local, especialmente en su mundialmente famosa producción vinícola.

Con casi veinte años de cooperación, y con la promesa de estrechar los lazos a través de misiones relacionadas con la observación de la Tierra, la educación y actividades de entrenamiento, y ciencia de espacio profundo, ESA puede esperar el fortalecimiento de su compromiso con Argentina y la región latinoamericana.

Fuente: ESA www.esa.int

Esta entrada se publicó en Noticias en 03 May 2016 por Francisco Martín León