Frío extremo y salud. Parte I

Hay muchas evidencias de que las tasas de mortalidad se incrementan durante los períodos de tiempo frío.

En general, la mortalidad total es aproximadamente un 15% mayor en un día medio de invierno que en uno de verano. Sin embargo, los incrementos en la mortalidad durante las olas de frío son menos acusados que los incrementos durante las olas de calor.

Para la Comunidad de Madrid, a medida que la temperatura máxima diaria desciende de los 30,8 ºC -punto de mínima mortalidad- la mortalidad aumenta, al principio muy suavemente; después, a partir de los 18º aproximadamente, de forma más pronunciada; a partir de los 6º se produce un incremento brusco del número de defunciones diarias. Por tanto, siguiendo análogo criterio al utilizado para definir calor extremo en la Comunidad de Madrid, una temperatura máxima de 6 ºC sería el umbral que definiría una ola de frío. Al igual que en el caso del calor, la morbimortalidad guarda relación directa no sólo con la intensidad sino también con la duración de la ola de frío.

Otras características climatológicas de los inviernos en la Comunidad de Madrid que contribuyen al exceso de morbimortalidad actuando sinérgicamente con las bajas temperaturas de esta época son:

  • Altas presiones: en Madrid las temperaturas más bajas durante el invierno suelen producirse en situación anticiclónica, con viento escaso o en calma.
  • Alta humedad, con porcentajes medios de humedad relativa mensual en torno al 78% en diciembre, 76% en enero y 71% en febrero.
  • Impacto de los contaminantes primarios, SO2, NO2, partículas.

La emisión de estos contaminantes está aumentada, a expensas sobre todo de los sistemas de calefacción. La situación anticiclónica en la que se producen las temperaturas más bajas, con poco viento, favorece al mismo tiempo el estancamiento y persistencia de los mismos.

El frío extremo puede provocar efectos deletéreos para la salud de muy diversas formas:

  • Provocando cuadros de hipotermia y congelaciones.
  • Agravando enfermedades crónicas, sobre todo cardíacas y respiratorias, al aumentar las demandas necesarias para luchar contra el frío.
  • Facilitando los accidentes: de tráfico y por caídas a causa del hielo formado. También aumenta el riesgo de incendio y de intoxicación por monóxido de carbono a partir de estufas de gas, braseros, etc.

Definición y efectos

a) Hipotermia

La exposición durante un determinado tiempo a un frío intenso puede dar lugar a una pérdida de calor que no pueda ser compensada por los mecanismos normales de producción y conservación del mismo. La hipotermia y la congelación son las manifestaciones, sistémica y local respectivamente, de dicha exposición. Dada la etiología común no son raros los casos en que se comprueba en un mismo individuo la asociación de hipotermia y congelación; sin embargo, lo habitual es que en la hipotermia no haya tiempo de que se produzcan lesiones por congelación.

Definición: Se define la hipotermia como el descenso de la temperatura corporal, medida en el recto, por debajo de los 35 ºC. Lo normal es que la hipotermia se produzca con temperaturas muy bajas pero puede aparecer con temperaturas algo menos frías (4-5 ºC) si el cuerpo está empapado por la lluvia o por una sudoración intensa.

En 1995 el National Institute of Aging (USA) estimaba en alrededor de 28.000 los casos anuales de hipotermia en aquel país.

En Gran Bretaña (2001) se estima que el 3,6% de los ancianos admitidos en el hospital en los meses de invierno presentan una temperatura rectal inferior a 35 ºC.

SEVERIDAD DE LA HIPOTERMIA

Se reconocen tres grados de severidad de la hipotermia:

  • Hipotermia leve: con temperatura rectal entre 35 y 32 ºC.
  • Hipotermia moderada: con temperatura entre 32 y 28 ºC
  • Hipotermia severa: si la temperatura rectal está por debajo de los 28 ºC.

Hipotermia leve

En la hipotermia leve el organismo intenta compensar la pérdida de temperatura a través del temblor. La piel fría refleja la intensa vasoconstricción periférica que ayuda a mantener la temperatura central evitando el paso de la sangre por la superficie del cuerpo. Es frecuente observar acrocianosis en las extremidades.

En el S.N.C. las manifestaciones iniciales incluyen alteraciones del estado de la conciencia (apatía, confusión mental, incoordinación, disartria). La persona afectada se muestra incapaz de pensar con claridad y de moverse, lo cual resulta sumamente peligroso. La confusión y el estupor aparecen a temperaturas entre 32 y 35 ºC.

A nivel cardiovascular existe un incremento inicial de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial; posteriormente se produce bradicardia e hipotensión.

En la esfera respiratoria, acompañando al incremento inicial del metabolismo, existe taquipnea por estimulación del centro respiratorio. Se observa un aumento de las secreciones bronquiales que junto a la disminución del reflejo tusígeno favorece el desarrollo de una neumopatía aspirativa si se acompaña de una alteración del estado de la conciencia.

A nivel renal se observa aumento de la diuresis.

En el aparato digestivo, por debajo de 34 ºC disminuye la motilidad intestinal.

Hipotermia moderada

En el S.N.C. progresa el deterioro de conciencia produciéndose además alteraciones de la visión, audición y alucinaciones.

Los efectos cardiovasculares incluyen una disminución gradual de la frecuencia cardíaca con caída del gasto cardíaco. La presión arterial, que en la hipotermia leve se encontraba elevada, desciende. El efecto hemodinámico más importante de la hipotermia se produce sobre la irritabilidad miocárdica y la conducción, siendo sus manifestaciones más habituales la bradicardia y la presencia de arritmias supraventriculares. Estos efectos aparecen, en general, con temperaturas inferiores a 30 ºC.

A nivel respiratorio existe depresión del centro respiratorio con bradipnea.

A nivel muscular con temperaturas internas menores a 30 ºC la producción de calor endógeno disminuye marcadamente desapareciendo el temblor y presentándose rigidez muscular.

En la esfera digestiva puede observarse íleo con distensión abdominal.

Hipotermia severa

En esta etapa se acentúa el deterioro neurológico en la mayoría de los sujetos con temperaturas menores de 27 ºC. Se encuentran en coma, con pupilas midriáticas y disminución de la respuesta al reflejo fotomotor, que puede encontrarse prácticamente abolido. Estas alteraciones combinadas con pulso imperceptible puede hacer pensar que la persona víctima de hipotermia ha fallecido.

Por debajo de los 28 ºC el deterioro de la función cardiovascular se manifiesta por arritmias ventriculares (taquicardia y fibrilación ventricular) y con temperaturas de 20 ºC se observa asistolia.

La hipotensión con temperaturas por debajo de 27-25 ºC es severa por lo cual no se puede medir con el método tradicional, siendo necesario para su registro el uso de métodos invasivos.

A nivel respiratorio, con temperaturas inferiores a 24 ºC se deprime aún más la función respiratoria y puede llegarse a la apnea.

Tratamiento

La hipotermia leve puede tratarse fuera del hospital. La hipotermia moderada y severa precisan tratamiento hospitalario.

Medidas generales

Trasladar al afectado a un sitio cálido, al abrigo del frío, la humedad y el viento.

Sustituir la ropa mojada y fría por ropa seca. Cubrir cabeza, manos, pies, boca y nariz para evitar pérdidas de calor por todas esas partes. El recalentamiento ocurrirá de forma progresiva en la hipotermia leve si el paciente se encuentra abrigado en un ambiente confortable y se acortará si tirita. Pueden colocarse bolsas de agua caliente en axilas, ingles y cuello para acelerarlo.

Las duchas calientes pueden dar una sensación placentera, pero presentan serios inconvenientes:

  • Suprimen los escalofríos y, por lo tanto, la producción interna de calor.
  • No recalientan, ya que las pocas calorías que aportan se pierden con la evaporación
  • Debido a la vasodilatación periférica que se produce predisponen a la hipotensión y al síncope.

De la misma forma, la única ventaja que aportan los baños de agua caliente sobre el abrigo y las bolsas de agua caliente, es la rapidez en recuperar la temperatura. Por contra presentan los siguientes inconvenientes:

  • Los afectados de hipotermia no toleran temperaturas por encima de los 30 ºC debido a la falsa sensación de quemadura.
  • Pueden producir arritmias cardíacas debido al retorno de sangre fría procedente de las extremidades.

La persona con hipotermia debe permanecer en reposo. La movilización activa después de un tiempo prolongado de inmovilidad provoca el bombeo de sangre fría desde la periferia al corazón con riesgo de arritmias graves, como se ha dicho.

Por la misma razón, si debe procederse a su traslado debe efectuarse con la persona en decúbito supino, con la cabeza lateralizada y evitando movimientos bruscos.

Suministrar al afectado una adecuada hidratación y, si lo tolera, una nutrición suficiente. Las bebidas calientes con alto contenido en azúcar ofrecen hidratación, nutrición y soporte psicológico.

Lo ideal son los preparados para deportistas que contienen sales y azúcar. No debe ingerirse alcohol. Siempre hay que tener en cuenta que no se debe dar de beber (ni comer) a una persona inconsciente.

Una persona con hipotermia severa puede estar inconsciente y dar la impresión de no tener pulso o respiración. Aunque parezca estar muerta debe intentarse la reanimación cardiopulmonar y ésta debe proseguirse mientras se procede al recalentamiento pues en algunos casos las víctimas de hipotermia aparentemente muertas consiguen recuperarse.

Frío extremo y salud

Parte II https://www.tiempo.com/ram/147232/frio-extremo-y-salud-parte-ii/

Parte III https://www.tiempo.com/ram/148042/frio-extremo-y-salud-parte-iii/

Parte IV https://www.tiempo.com/ram/148112/frio-extremo-y-salud-parte-iv/

Fuente: Variables meteorológicas y salud. Documentos de Sanidad Ambiental. Comunidad de Madrid, 2006

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Esta entrada se publicó en Reportajes en 15 Ene 2015 por Francisco Martín León