La estación meteorológica de Grazalema

No hay ningún grazalemeño que no esté orgulloso de su pueblo y de sus singularidades.  Una, característica, es la lluvia.   Todos conocemos lo mucho y bien que llueve.  Aunque los derroteros de la vida nos sitúen a muchos kilómetros de distancia,  nos gusta saber  “cuanta agua ha caído…” y es tema recurrente de conversación, en invierno, cuando dos paisanos se encuentran y saludan fuera de Grazalema.

Luis Ruiz Navarro

Pero ¿sabemos algo más de quién, cómo y cuándo comenzaron las mediciones…? Después de más de un siglo, muy pocos conocen la pequeña historia de la Estación Pluviométrica de Grazalema, que así fue su nombre original y que ahora contamos.

>Casa de Cándido Ruiz, donde pintó un planetario para enseñar el universo a sus alumnos

Cándido Ruiz y Ruiz, grazalemeño nacido en 1866, maestro de instrucción pública, titular de la Escuela Pública de niños núm. 3 hasta un año antes de su fallecimiento, ocurrido en 1926, fue una persona con muchísimas inquietudes culturales, que procuró poner en práctica.

Una de ellas era conocer la meteorología, ciencia que por aquél entonces estaba en sus balbuceos y a nivel popular no interesaba a nadie, salvo a los que afectaba directamente a su trabajo: la gente de mar -tan lejos de allí- y a los labriegos; éstos se las apañaban mal que bien con las cabañuelas, el Almanaque Zaragozano y la tradición de sus mayores.

Hizo amistad con D. Juan Gavala y Laborde, Doctor Ingeniero de Minas, miembro del Instituto Geológico y Minero de España -del que fue después Director- autor del libro “DescripciónGeográfica y Geológica de la Serranía de Grazalema en la Provincia de Cádiz” publicado por dicho Instituto en 1918 y que pudiera ser el primer estudio científico de nuestra Serranía.

En las estancias previas en nuestro pueblo para preparar dicha publicación, Cándido Ruiz le acompaña en sus idas y venidas por la sierra y le hace partícipe de sus mediciones “oficiosas” de lluvia, obtenidas con un pluviómetro comprado por él sobre 1904, que le hacen intuir una pluviosidad especial comparada con su entorno inmediato. Estas también fueron mostradas a otro eminente geólogo de la época, José Macpherson, conocido de ambos, que estaba muy interesado en la meteorología, que también había visitado nuestro pueblo y Sierras, motivado por estudios que dieron como resultado la publicación de su obra “Bosquejo Geológico de la provincia de Cádiz”.

Luís Ruiz Dorado
Luís Ruiz Dorado

El Sr. Gavala escribe en su obra citada, al reseñar litros de lluvias caídas “… estos datos me los facilita el encargado de la Estación, D. Cándido Ruiz que desempeña su misión con extremada escrupulosidad, conociendo así las cifras colosales…” Se conserva un ejemplar en el que figura la siguiente dedicatoria firmada “A mi amigo D. Cándido Ruiz, a cuyas pacientes observaciones pluviométricas se debe el conocimiento de las lluvias torrenciales de Grazalema…”

Aunque es un dato que no puedo confirmar, es probable que estos dos eminentes científicos, animaran a Cándido Ruiz para que “oficializara” la Estación, dotada de un pluviómetro y una simple probeta para comprobar posteriormente la exactitud de la medición. La primera Tarjeta Oficial emitida es en el mes de septiembre de 1912. Dichas tarjetas, en sus inicios, además de los datos de precipitación, forma, hora, viento dominante y otros meteoros observados (granizo, nieve, rayos etc.) llevaban anotaciones curiosas del tipo “hoy se han visto las primeras avefrías” … “después de una noche de horrible viento, nos informan de innumerables daños en árboles en la Ribera…” “ni los más viejos del lugar recuerdan temporal semejante…”

A la muerte de Cándido, le sucedieron como observadores sus hijas Mercedes, Antonia, Ana María y finalmente, su hijo Luis hasta su fallecimiento en 1988.

Estas tarjetas se enviaban diariamente por correo al Servicio Meteorológico Nacional a su sede en Sevilla y posteriormente también simultáneamente a la sede de Málaga, por la incidencia de las precipitaciones en el comportamiento de los acuíferos de ambas cuencas hidrográficas. En los años 60 se simultanean con telegramas oficiales diarios con los datos a las mencionadas cuencas hidrográficas y envío mensual de los correspondientes estadillos.

Mediada la década de los 60, y a resultas de la constante petición por parte de Ana María de una mejora en los aparatos de medición, dotan a la Estación de un pluviógrafo tropical -de mayor capacidad- un termómetro de máxima y mínima y un evaporímetro.

Por aquellos años 60, Mariano Medina pone de moda en TVE la información del tiempo con sus mapas dibujados con tiza. Y el famosísimo barco “K”, situado en medio del Atlántico que, a falta de satélites, nos avisaba de la llegada de las borrascas o del anticiclón.

Por aquellos años 60, Mariano Medina pone de moda en TVE la información del tiempo con sus mapas dibujados con tiza. Y el famosísimo barco “K”, situado en medio del Atlántico que, a falta de satélites, nos avisaba de la llegada de las borrascas o del anticiclón.

Y a Ana María se le ocurre enviarle los días de lluvia extraordinaria un telegrama con los datos de precipitación, amorosamente medidos por ella, para que su querido pueblo “saliera en la tele”…

Ana Ruiz Dorado
Ana Ruiz Dorado

Noche tras noche pendientes del Telediario, donde apenas vislumbrábamos el mapa de D. Mariano por las interferencias en el receptor (“nieve” que la llamábamos) le oíamo

s: máxima precipitación en España, tal localidad con 60 l/m2… decepción… nada decía de Grazalema, que habían caído l50 litros. Pero seguía, inasequible al desaliento, enviando telegrama tras telegrama. Hasta que llegó el gran día: D. Mariano, señala en el mapa un punto y dice: en Grazalema, provincia de Cádiz, tantos litros, según nos comunica la incansable encargada de la Estación Dª Ana María Ruiz, a quien le agradezco envíe estos datos

Hubo fiesta en casa de Ana María y en los pocos hogares del pueblo que, incrédulos, vieron y oyeron el nombre de Grazalema en la televisión. Hoy, afortunadamente, lo vemos con frecuencia en los informativos de todas las cadenas.

La constancia y fidelidad en las observaciones le valieron a la familia el reconocimiento del Servicio de Climatología del Servicio Meteorológico Nacional, que en 1976 en carta de su Jefe dice “…una de las pocas Estaciones en España que no ha interrumpido nunca el envío de datos” y en el año 1978 a propuesta del Jefe de Climatología, le conceden un Premio a la Estación, que Luis Ruiz Dorado recoge con orgullo en un acto celebrado en Madrid y al que fue expresamente invitado.

En los años siguientes, cuando las noticias sobre el tiempo acaparan la atención de todos, era normal que distintos medios de comunicación contactasen con Luis, en su casa o en el Ayuntamiento, lugar de su trabajo, para que facilitase los datos de lluvia, series históricas, curiosidades… Con mal disimulada satisfacción contaba que, al fin, interesaban los datos que tantos años llevaba pacientemente anotando su familia.

En 1.988 fallece Luis Ruiz Dorado. Después de 84 años, de los cuales están documentados sin interrupción alguna 76, ninguno de sus dos hijos puede continuar con la tradición, al no residir en el pueblo. Por ello, con dolor, le piden al Sr. Alcalde que el Ayuntamiento se haga cargo de “su” Estación. Así se hizo y así continúa en la actualidad.

El los últimos años de su vida paseando con su inseparable -Sultán-
El los últimos años de su vida paseando con su inseparable “Sultán”

Fuente: https://raicesdegrazalema.wordpress.com/2013/11/01/276/

RAICES DE GRAZALEMA

Esta entrada se publicó en Reportajes en 01 Oct 2014 por Francisco Martín León